SUGIERE VER MEDIDAS ESTRUCTURALES
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El economista y doctorante de economía de la Universidad de Valencia, Johnny Espinoza, propuso medidas para abordar la crisis económica en Bolivia. Sugirió liquidar las "empresas zombis" del Estado que están absorbiendo una parte significativa del presupuesto estatal, y abogó por reducir las subvenciones a los hidrocarburos y a la harina para disminuir el déficit fiscal y evitar una inflación similar a la de 1985.
En ese contexto puso en duda el
éxito de la política de la industrialización que pregona el gobierno, porque
que el 82% de las empresas públicas está prácticamente en quiebra, demostrando
que el Estado es un mal administrador.
Dijo que la industrialización
como tal es un lindo concepto, pero en manos de la empresa privada y que el
Estado se quede con aquellas empresas que puedan sentar las bases de la
producción nacional como el caso del mutún.
Indicó que el acuerdo firmado con
los empresarios privados “es un chispazo de esperanza” en sentido que el
gobierno pueda tomar en cuenta a este sector tan importante de la economía. Sin
embargo, advirtió que, si no se encaran soluciones estructurales al tema del
déficit fiscal, las reservas internacionales y el endeudamiento interno y
externo, la amenaza de una inflación volverá con más fuerza y no se podrá
avanzar mucho.
“Se nos viene una crisis y la
mayoría de las personas no está considerando los verdaderos efectos. Los
ingresos están en caída libre en un tercio cada año y para este año la
exportación de gas solamente aportaría 1.400 millones de dólares y esto
afectaría a las reservas internacionales porque hay un aumento en la subvención
al diésel”, declaró.
Sostuvo que no hay condiciones
para seguir sosteniendo el actual esquema de subvención, primero porque Bolivia
es el país más endeudado de Latinoamérica, después de Venezuela; no hay
capacidad del Estado para generar divisas y porque reciente baja al nivel 'CCC'
redujo las posibilidades de contratar más créditos por el encarecimiento de las
tasas de interés.
Explicó que la actividad
económica interna se ha reducido en un 10%. “El problema se está poniendo
grave. Yo estimo que será más o menos como una versión 2.0 de la crisis de la
hiperinflación de 1985. A ese extremo se está viendo y la única manera de
solucionar es a través de medidas de shock que, lógicamente, va impactar en
sectores más vulnerables en medio de una inestabilidad política y social”,
comentó.
Manifestó que la solución debe
ser rápida a partir de la conformación de equipos interdisciplinarios que
generen estrategias en base a un buen liderazgo y la participación de los
agentes económicos, universidades y a los actores de la sociedad, despojándose
de ideologías obsoletas como izquierdas, derechas, etc.
Espinoza aplaude el reciente
acuerdo que logró el gobierno con la empresa privada, aunque considera que es
una solución coyuntural ante la escasez de divisas, pero que es una oportunidad
para rehacer las cosas.
Considera que, en este momento de
crisis de divisas, el Estado debería dejar de lado el favoritismo político a
los cooperativistas y tomar control de la cadena de producción aurífera, porque
está demostrado que, si bien las exportaciones de oro llegan a más de 3.000
millones de dólares, esas divisas no ingresan pues al Banco Central de Bolivia,
sino se van al contrabando.
Dijo que el oro manejado por el
Estado ayudaría a reponer las divisas y las reservas internacionales casi de
manera inmediata y supliría también al sector minero estatal que está en una
situación difícil, como las remesas que están disminuyendo al igual que las
exportaciones de urea que han caído de 140 a 40 millones de dólares.
El economista afirma que el país
ha llegado a este punto crítico porque se ha politizado demasiado la economía y
la justicia y ha sometido el interés nacional a los intereses políticos,
ocasionando un gran daño, porque donde hay corrupción, es casi imposible lograr
un desarrollo.
De acuerdo a publicaciones
digitales, una investigación plasmada en el libro “Solo ruido, nada de nueces”,
escrito por Julio Linares, dio cuenta en agosto de 2023, que durante el
gobierno de Evo Morales se crearon 17 empresas. Esas empresas, a diciembre de
2022 tenían una deuda de Bs 46.068 millones, aunque el Banco Central de Bolivia
refutó la cifra indicando se trata de Bs 36.384 millones. Esa publicación indica,
además, que las 17 empresas perdieron más de Bs 4.000 millones entre 2007 y
2022.
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