POLÍTICA UCRANIA
RUSIA (ANB / Información de DW Noticias).- El ataque de Rusia a Ucrania comenzó con la anexión de Crimea en febrero de 2014 y fue subestimado durante mucho tiempo, incluso por la población ucraniana. Eso cambió con la expansión de la guerra en 2022.
Maryna Lyushyna quería dar una
clase de cocina con chocolate el 24 de febrero de 2022. Puso las mesas la
víspera y estaba deseando que los niños acudieran a su teatro juvenil privado
de Konotop, en el norte de Ucrania.
La actriz y madre de dos hijos
tuvo problemas para dormir esa noche; oyó ruido y pensó que era el tranvía.
"A las siete de la mañana, una amiga me llamó y me dijo: enciende la tele,
es la guerra", recuerda Lyushyna, que ahora vive en Alemania.
Konotop está a unos 80 kilómetros
de la frontera con Rusia. Hace dos años, las tropas rusas rodearon la ciudad en
cuestión de horas. Hubo resistencia, pero las fuerzas eran desiguales; el
Ejército ucraniano se retiró. Posteriormente, la ciudad fue recuperada por
tropas ucranianas.
En los primeros días de la
guerra, Lyushyna huyó a casa de su madre, en las afueras de la ciudad, donde se
encontró con soldados rusos: "Les pregunto: ¿Qué hacen aquí?". Su
respuesta: "Vinimos a buscar al presidente Zelenski".
Como si Ucrania no fuera un
Estado independiente, se indigna. Los ocupantes pensaban que serían bien
recibidos y se sorprendieron de que no fuera así, recuerda la mujer. Al cabo de
tres días, Lyushyna huyó al oeste de Ucrania y, de allí, junto con millones de
compatriotas, a la Unión Europea (UE). Su marido se quedó.
La guerra sorpresa de Putin en
Crimea
Hoy, Lyushyna sigue perpleja:
"No esperaba que hubiera una guerra. ¿Cómo puede ocurrir algo así en el
siglo XXI en medio de Europa?".
Mucha gente se sorprendió en su
momento, incluso en la propia Ucrania. Pero el ataque ruso ya había comenzado
ocho años antes, con la anexión de Crimea: El 27 de febrero de 2014, hombres
armados y enmascarados con uniformes sin emblemas nacionales ocuparon el
Parlamento y la administración regional de la península. El presidente ruso,
Vladimir Putin, admitió más tarde que eran soldados rusos.
Ucrania quedó gravemente
debilitada. Las protestas de la oposición en Kiev obligaron al presidente
prorruso Viktor Yanukovich a huir a Rusia. El nuevo Gobierno prooccidental no
se atrevió a defender Crimea con las armas. Occidente también aconsejó a Kiev
que actuara con moderación, incluso cuando -en la primavera de 2014- comenzó la
guerra en la región ucraniana oriental de Donbás.
No hubo sanciones duras. Rusia
puso a su propia gente al frente de las fuerzas prorrusas en Donetsk y Luhansk
y las armó en secreto cada vez más. Occidente intentó congelar el conflicto
mediante negociaciones; Ucrania no impuso la ley marcial. La guerra se calificó
de "operación antiterrorista".
Todo esto hizo que, para muchos,
la guerra pareciera lejana. "La mayoría de la gente en Ucrania no se daba
cuenta de que era su guerra", dice Lyushyna.
¿Debería Ucrania haber luchado
por Crimea? Muchos en Ucrania piensan que sí. "Estoy tentada de decir que
deberían haberlo intentado", afirma Susan Stewart, experta en Ucrania de
la Fundación Ciencia y Política (SWP), en Berlín. Sin embargo, señala la "debilidad
de los dirigentes de Kiev" en aquel momento.
También es cierto que Rusia
desplegó tropas a lo largo de las fronteras ucranianas en 2014 y ya amenazaba
entonces con una invasión masiva. El Ejército ucraniano en Crimea estaba
desmoralizado y gran parte de él desertó.
Todo depende de la ayuda
occidental
La guerra en el Donbás parecía
congelada entre 2015 y 2022, pero en realidad era una guerra de trincheras con
miles de bajas. ¿Por qué Occidente creyó que seguiría así, no suministró armas
pesadas a Ucrania y siguió planeando grandes proyectos como el gasoducto Nord
Stream 2 con Rusia? Susan Stewart lo explica con la creencia de que la
integración podría evitar guerras en Europa.
Ucrania ha cambiado mucho desde
2022. "Nos mantenemos en pie y seguimos luchando por Ucrania, aunque el
precio sea muy alto", dice el soldado Maksym Kosub. El Ejército ha
cambiado mucho y se ha profesionalizado, aunque sigue habiendo problemas.
Mirando atrás, dice: "Todo el mundo subestimó a Putin y su voluntad de
ignorar las reglas".
Susan Stewart no se atreve a
hacer predicciones más allá de un año. No espera "sorpresas" en
Rusia. Con el apoyo de Occidente, Ucrania resistirá, pero el agotamiento tras
diez años de guerra es cada vez más notorio. "Se está pensando demasiado
poco en lo que ocurrirá si Ucrania pierde", advierte la experta. Los
costes serían "mucho más elevados".
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