ANÁLISIS
BENI, BOLIVIA (ANB / Erbol).- Un análisis del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) estima que hasta el 80% de la riqueza generada por la explotación aurífera beneficia a inversiones extranjeros, que además son ilegales, en lugar que al Estado boliviano.
El CEDLA mencionó que las
exportaciones en oro metálico han superado al valor de las ventas de gas, pero
la diferencia es que la producción gasífera dejó 30 veces más impuestos que la
explotación aurífera.
“En el gas, se ven impuestos,
transferencias y regalías; en el oro, casi nada (…). La mayor parte va a parar
a los bolsillos de inversionistas extranjeros, chinos, colombianos, peruanos y
chilenos. No hay en este momento una norma que cambie eso”, afirmó el
investigador Alfredo Zaconeta.
Según el Centro de Estudios, esta
gran diferencia está avalada por la normativa sectorial, que determinó las
condiciones para que un mineral tan estratégico como el oro sea entregado a
manos privadas.
Señaló que en 2022, la
explotación de oro marcó un nuevo récord en cuanto a volumen (53,4 toneladas) y
valor ($us 3.073millones). El 99,5% de esa producción fue declarada como
procedente del cooperativismo minero, que no paga impuestos, se asocia ilegalmente
con capitales privados nacionales y extranjeros, y deja impactos ambientales
significativos en el medio ambiente.
“Se piensa que esos $us3.073
millones benefician a los cooperativistas, pero, en áreas en las que las
cooperativas se asocian con capitales privados, los socios extranjeros se
llevan entre el 70% y el 80% de los ingresos generados por la operación aurífera”,
apuntó Zaconeta.
Estas asociaciones ilegales
ocurren a la vista del Gobierno, que renuncia a un control que en este
subsector puede evitar también otros ilícitos, como la contratación de
asalariados, el trabajo en condiciones precarias, el alquiler de concesiones y
el desvío de combustible subvencionado, advierte el análisis.
El CEDLA planteó que una
fiscalización efectiva impediría igualmente que muchas empresas privadas y
empresas unipersonales se hagan pasar por cooperativas, para que el oro que
producen se beneficie de exenciones tributarias.
Zaconeta detalló que el
crecimiento desmedido del sector cooperativista comenzó con la Constitución de
2009. La Carta Magna reconoce al actor comunitario en su capítulo de
organización económica del Estado, pero ya no lo toma en cuenta en su capítulo
minero. Esto obligó a los mineros de comunidades que explotaban oro de forma
artesanal a convertirse en cooperativista para operar de forma legal.
Otro impulso para este subsector
fue la Ley 535 de Minería y Metalurgia, promulgada por Evo Morales en 2014, que
redujo de 5% a 2,5% la alícuota para las regalías del oro proveniente de
yacimientos marginales –como lo declaran casi todas las cooperativas– y
determina que este porcentaje baje incluso a 1,5%, si el mineral se
comercializa en el mercado interno.
“Las políticas públicas mineras
del gobierno del MAS no solo fracasaron en el fortalecimiento de la minería
estatal, sino que derivaron en la consolidación del subsector cooperativo,
cediéndole el dominio de minerales estratégicos como el oro”, subrayó Zaconeta.
Debido a este favoritismo, el
número de socios cooperativistas entre 2006 y 2022 se incrementó de 54.200 a
129.410 (+138,7%), mientras los trabajadores de la minería estatal aumentaron
de 4.726 a 5.789 (+22,5%) y los de la minería mediana de 3.850 a 4.780
(+24,1%). La cifra de mineros chicos, por el contrario, se recortó de 2.550 a
2.086 (-18,1%).
Los reportes del empleo en el
cooperativismo minero no incluyen a los “segundas manos”, maquipuras
(eventuales) y asalariados (prohibidos por ley), que trabajan en condiciones
altamente precarias y que no se benefician del grueso de la riqueza aurífera. Con
todos ellos, la cifra total sería mucho mayor.
El CEDLA alertó que seta
actividad está agravando los impactos sobre sus áreas de influencia, ya que al
agotar la riqueza de los ríos están llevando sus operaciones tierra adentro,
deforestando, cavando fosas, removiendo grandes extensiones de tierra y causando
un daño considerable a los ecosistemas.
Alertó que el producto de esta
depredación se exporta a India y Emiratos Árabes, donde no les interesa cómo se
obtiene ese mineral ni la manera en que llega al comercio. Otros países como
Estados Unidos exigen la aplicación de criterios de sostenibilidad para que el
oro ingrese a sus mercados, entre ellos que en la producción de ese oro no se
haya usado mercurio, que no se haya deforestado y que no contenga trabajo
infantil, entre otros.
El Centro de Estudios advirtió no
hay visos de que este escenario cambie o de que el Gobierno modifique su
política minera respecto a las cooperativas. Aunque es un recurso estratégico y
representa el 45,4% del valor de producción de minerales del país, el oro no se
encuentra en el Plan de Desarrollo Económico y Social (PDES) 2021-2025.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ANBOLIVIA te invita a ser el quinto poder, opina...con respeto
DEJA TU OPINIÓN EN:
TW: @ANBOLIVIA
TW: @ANBdigital
F: https://www.facebook.com/anboliviadigital