Crece
la presión internacional contra Nicolás Maduro
ESPAÑA (ANB / FUENTE: El País).- Ante un auditorio entregado en la iglesia Jesús Worship Center
de Doral, a poco más de un kilómetro del aeropuerto internacional de Miami, el
vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró que el momento para el
diálogo pasó y ahora es el tiempo de "entrar en acción". Bajo la
máxima de que ninguna opción está descartada (signifique eso lo que
signifique), el vicepresidente anunció que el tiempo del dictador Nicolás
Maduro "ha acabado". "Estaremos con ustedes hasta que puedan
volver a casa", ha declarado el número dos de Donald Trump, seguido de un
largo aplauso.
"Han
sufrido durante demasiado tiempo la mano de la opresión", ha reconocido
Pence, quien ha afirmado, tras una reunión con líderes de la comunidad
venezolana en el sur de Florida, que la lucha que sacude Venezuela es
"entre la democracia y la dictadura". "Es el momento de que su
país recupere la libertad", ha animado Pence a los presentes, en un tono
de mitin de campaña. "Es la hora de liberar a Venezuela de Cuba", ha
concretado. Con una clara advertencia al régimen de Caracas, el vicepresidente
ha dejado claro que Maduro hará bien "si no pone a prueba la determinación
de Estados Unidos". "El tiempo de Maduro debe terminar y debe
terminar ya", ha insistido.
Pence
abandonaba el nevado Washington a primera hora del viernes para aterrizar en un
Miami, a ratos encapotado, a ratos despejado. 24 grados de temperatura. “No se
espera lluvia”, decían los congregados en la iglesia del Doral que esperaban a
Pence. Antes de abordar el avión que le llevaría hasta Florida, el vicepresidente
realizó ya unas declaraciones que hicieron bullir al éxodo de venezolanos que
vive en esta parte del sur de Estados Unidos. "Pronto Venezuela será
libre", dijo el número dos de Donald Trump.
"Se
acerca el día en que Venezuela volverá a ser libre, ¡y Estados Unidos apoya al
pueblo de Venezuela para reclamar su libertad!", escribió Pence en
Twitter, donde informaba de que en breve se encontraría con la comunidad de
venezolanos, así como con los senadores por ese Estado, Marco Rubio y el exgobernador
Rick Scott, y el representante Mario Díaz-Balart.
A la
cita también asistieron Julio Borges y Carlos Vecchio, representantes
diplomáticos ante el Grupo de Lima y EE UU, respectivamente, designados por el
jefe de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, reconocido por el
Gobierno estadounidense como presidente interino legítimo de Venezuela. Vecchio
ha subrayado que "no hay espacio para la neutralidad" cuando el
dilema es "dictadura" o "democracia" y ha instado a cuantos
más países mejor a apoyar "el cambio".
"¿De
qué lado quieren estar, de la dictadura o de la democracia?", ha
cuestionado Vecchio en referencia a Uruguay y México, dos países que no han
tomado partido ante la situación de Venezuela, donde Nicolás Maduro se mantiene
en la presidencia y el opositor Guaidó se ha juramentado como presidente
interino. Estados Unidos reconoció al líder opositor Juan Guaidó como
presidente interino de Venezuela apenas éste se autoproclamó en el cargo el 23
de enero, y considera que el mandatario Nicolás Maduro debe dejar el poder y
dar paso a elecciones "libres y justas".
A pesar
del gran éxito de la convocatoria de la Casa Blana, Pence ha sido cuestionado y
acusado por el Partido Demócrata de convertir la reunión con los exiliados
venezolanos en un acto partidista, al excluir de la reunión a las congresistas
demócratas de Florida Donna Shalala, Debbie Wasserman Schultz y Debbie
Mucarsel-Powell.
A las
puertas de la iglesia de Adoración a Jesús del Doral, Myrta Paredes reza de
rodillas mientras levanta al aire sus manos entrecruzadas. “Señor, tráenos la
libertad”. Como ella, cientos de venezolanos en el exilio en Miami imploraban
este viernes al cielo que acabase la tiranía de Nicolás Maduro en el país que
los vio nacer. “Nuestras plegarias se han escuchado”, explica Camilo Cortés,
“por fin Estados Unidos ha vuelto los ojos hacia nuestra tierra”.
La
espera por el vicepresidente de Estados Unidos se hacía eterna. “Pero hemos
esperado tanto, sufrido tanto, perdido tanto…”, dice Norma Paez. “Lo que ahora
tengamos que aguantar ya no será nada”, prosigue esta mujer de mediana edad que
este viernes pidió el día libre en el local de peluquería en el que trabaja
para desplazarse hasta el lugar en que Pence hablaría a los venezolanos en el
exilio.
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