LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- La movilización del "21F: Día de la mentira"
ratificó la capacidad de movilización de las organizaciones sociales y
contrariamente a lo que señalaban algunos sectores de la oposición, la adhesión
de las clases medias urbanas, afirmó el domingo el ministro de Gobierno, Carlos
Romero.
Recordó que antes de esa movilización, se
preguntaban si era solo la movilización de los movimientos sociales, del grupo
duro de apoyo al proceso de cambio, es decir, "básicamente" los
sectores articulados en torno al Pacto de Unidad (Conalcam), más la Central
Obrera Boliviana, o realmente era una movilización, "una perspectiva
política que trasciende y recupera inclusive la convergencia campo-ciudad,
sectores populares sectores de clase media".
"El 21F en el caso de las
movilizaciones, en la denuncia del Día de la mentira, en respaldo al proceso de
cambio nos muestran no solamente movimientos sociales que recuperan su
capacidad orgánica movilizadora, sino, nuevamente la adhesión de las clases
medias urbanas, por eso las principales concentraciones y masivas
concentraciones se producen en las capitales de departamento", argumentó
en el programa "El pueblo es noticia".
Recordó que el "21F" fue inicialmente posesionado por algunos
sectores de la oposición que se dieron a la tarea de convocar a concentraciones
en las principales ciudades, a través de las redes sociales, tratando de
mostrar esa fecha como una fecha en la que la oposición había obtenido una
victoria política frente al MAS en el referendo de 2016.
El Ministro de Gobierno afirmó que esa
actitud motivó que diferentes movimientos sociales reaccionen y declaren el 21F
como el "Día de la mentira" y que organicen movilizaciones en los
nueve departamentos a través de una convocatoria nacional del Conalcam.
A su juicio, el MAS asistió al referendo
constitucional del año pasado "ingenuamente", poniendo como principal
tema de debate la denominada Agenda Patriótica, un conjunto de políticas de
Estado en materia económica, de industrialización, de universalización de
servicios básicos, de expansión de frontera agrícola y otros temas, que
requieren una estabilidad económica, política para ponerse en práctica.
Al contrario de la oposición, que lejos de
contraponer un debate programático, una visión de país, un proyecto colectivo
para los bolivianos, se dio a la tarea de restringir el debate al caso Zapata:
"un montaje a través de un conjunto de mentiras" que involucró a un
conjunto de actores, analistas políticos, algunos periodistas, algunos actores
políticos de oposición, abogados que inventaron un caso.
Afirmó que
"inventaron" un hijo al Presidente, alquilaron un niño para
presentarlo y hacerlo pasar como el hijo del Presidente, inventaron una serie
de supuestos nexos de Zapata, en un hecho "que fue impulsado desde Estados
Unidos", por esa razón dij que dio la participación activa de CNN, del
periodista Fernando del Rincón que se trasladó a La Paz para grabar un
reportaje, "que no lo pudieron hacer público porque la reserva para el caso
de menores se los impidió".
"Intentaron legalmente superar estos
problemas para provocar un escándalo no solamente de alcance nacional, sino
intencional tratando de dañar fundamentalmente la imagen, la credibilidad, la
ética del Presidente Morales", subrayó.
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