Investidura
presidencial
Trump se convierte en el 45avo presidente de EEUU. Foto/El País |
ESTADOS UNIDOS (ANB / Erbol).- Donald John Trump, un magnate de la construcción y estrella de
la telerrealidad nacido hace 70 años en Nueva York, se convertirá este viernes
en el 45º presidente de Estados Unidos con su país y el mundo en tensión.
La
ceremonia inaugural culmina el desconcertante ascenso a la cumbre del poder
mundial de un hombre que hace dos años no era más que un estrambótico personaje
de la farándula con una tendencia irrefrenable al exceso verbal y al exabrupto
racista.
Su
inexperiencia política y su carácter imprevisible, además de los conflictos de
interés con sus empresas y su fascinación con el presidente ruso, Vladímir
Putin, lastran una presidencia que, según el eslogan del nuevo comandante en
jefe, debe devolver la grandeza a América.
El
republicano Trump, vencedor en las elecciones de noviembre pese a sacar casi
tres millones de votos menos que su rival demócrata, Hillary Clinton, hereda de
Barack Obama una economía en crecimiento y el paro bajo mínimos, además de la
mayor maquinaria de guerra y espionaje de la historia. Le espera un mundo
inestable, con guerras en Oriente Próximo, amenazas nucleares en Asia y países
como China y Rusia con ambiciones expansionistas. La jornada inaugural es lo
más parecido en la república americana a una ceremonia de entronización
monárquica o papal. El ritual congrega a decenas de miles de personas en la
capital federal para celebrar el traspaso pacífico del poder, solo perturbado,
desde la fundación de EE UU, por la Guerra Civil.
Al
mediodía (hora de Washington), Trump jurará el cargo ante el presidente del
Tribunal Supremo, John Roberts. Jurará con dos ejemplares de la Biblia, uno que
le regaló su madre cuando tenía nueve años y otra que perteneció a Abraham
Lincoln, el presidente que acabó con la esclavitud. Será el presidente de mayor
edad de la historia en asumir el cargo y el menos preparado, sin ninguna
experiencia ejecutiva ni legislativa, ni tampoco militar. Después, ya como
presidente, pronunciará el discurso en el que dará el tono de los próximos
cuatro años.
Trump
se medirá con algunos de los discursos más brillantes de la historia. En 1865,
al final de la Guerra Civil, Lincoln pronunció un discurso de reconciliación:
“Con malicia hacia nadie, con caridad para todos…”. “A lo único que hay que
tener miedo es al miedo”, dijo Franklin Roosevelt en 1931. “No preguntes lo que
tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país”, dijo John
Kennedy en 1961. “El Gobierno no es la solución a nuestro problema, el Gobierno
es el problema”, dijo Ronald Reagan en 1981.
“Mi
tema, y es lo que oirás el viernes, es América primero”, dijo el presidente
electo hace unos días al periodista Mike Allen. America first es, como make
America great again, una de sus frases fetiche, la síntesis del trumpismo:
nacionalismo y populismo; repliegue geopolítico y económico. America first
también era a principios de los años cuarenta el eslogan de los filonazis
estadounidenses que se oponían a la entrada de EE UU en la Segunda Guerra
Mundial.
Trump
ganó las elecciones agitando el odio a las minorías y el racismo: el trauma
fundacional de este país. Que el hombre que agitó el racismo sustituya al
presidente negro; que el que juega a la división incluso tras su victoria
electoral ocupe el lugar del presidente que inició su mandato bajo el signo de
la unidad y la esperanza; que el comandante en jefe más impulsivo sustituya a
uno de los más reflexivos, refleja lo brusco del cambio en Washington. Con sus
ataques a la prensa, a las minorías, a musulmanes e hispanos o a adversarios
electorales, Trump ha abierto un debate sobre la resistencia de las
instituciones democráticas y el sistema de contrapoderes.“No subestimen al
tipo”
El
profesor emérito de Columbia Robert Paxton, autor del clásico La anatomía del
fascismo, dijo durante la campaña: “Con Trump tenemos una especie de
cuasifascismo populista, o protofascismo, más que un fascismo del todo
desarrollado”. “Creo que Donald Trump ya ha dañado el sistema democrático de EE
UU”, consideró esta semana en un correo electrónico.
“Ha
empeorado algunas tendencias desafortunadas, como la transformación de la
elección a presidente en una rama del mundo del entretenimiento. Ha degradado
el lenguaje de la política con epítetos e insultos. Ha alentado la expresión de
opiniones racistas y xenófobas”. “Lo que viene ahora, después de la
inauguración”, añade Paxton, “solo podemos imaginarlo, porque no sabemos aún
qué declaraciones de Trump no significan nada y cuáles revelan prioridades
serias sobre su futuro. Un área de peligro particular es la prensa. Trump es un
hombre vengativo, y es muy posible que use el poder de la presidencia para
dañar a los periodistas que le critiquen”.
Los
excesos de su personalidad, su desconocimiento de la profesión y la opacidad de
sus vínculos económicos pueden complicar su presidencia. Algunos ya vaticinan
que sufrirá un proceso de destitución. Sería erróneo darlo por hecho. “No
subestimen al tipo”, ha dicho Obama. Con una mayoría clara de su partido, el
republicano, el Congreso, y con la economía en expansión, el nuevo presidente
podrá apuntarse los éxitos de Obama si no comete errores de bulto, y si no le
sorprende una crisis internacional.
“Al
menos al principio, él será Donald Trump en la Casa Blanca. No creo que
cambie”, comentaba esta semana en Washington el veterano periodista Bob
Schieffer. “Lo que hemos aprendido en esta campaña es que no podemos predecir
lo que ocurrirá, porque en cuanto pensábamos que lo habíamos entendido, ocurría
otra cosa. Mucha gente está feliz por la elección, otra está triste, pero todos
estábamos sorprendidos, incluso el equipo de Trump”.
Trump
quiere ser Trump. Desde sus inicios como constructor en Queens y en Manhattan,
el método le ha funcionado. “Cultivo las fantasías de la gente”, escribió en
1987 en El arte de la negociación. “Quizá la gente no siempre piense a lo
grande por sí sola, pero les emociona ver a otros que sí lo hacen”. Presidente
Donald Trump: a mediodía estas palabras que para muchos siguen sonando a
fantasía serán realidad.
TOMADO
DE EL PAIS
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