MANTA, ECUADOR (ANB / ABI).- En medio de lagrimas y tristeza, cuatro bolivianos que
fueron afectados por el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter, el
pasado 16 de abril en Ecuador, fueron repatriados el viernes por instrucción
del presidente Evo Morales, quien anunció apoyo y la dotación de viviendas en
Bolivia.
Durante la jornada, los bolivianos se
concentraron en la base militar "Ala de Combate 23", de la Fuerza
Aérea Ecuatoriana, hasta donde llegaron de varias regiones, llevando consigo
mochilas o un equipaje de mano, porque no rescataron nada de lo que tenían
después del terremoto.
En la expresión de Lucy Saucedo Molina,
Diego Samuel Zabaleta Gutiérrez, Pilar Garriazabal acompañada de su pequeña
hija, Michel, se veía desolación por lo que les paso en el "Casco
Viejo", "Bahía", "Canoa" y otras zonas devastadas por
la tragedia.
El
agregado militar de la Embajada de Bolivia en Quito, Iván Inchauste, manifestó
que sus connacionales se comunicaron con la misión diplomática después del
anuncio que hiciera el presidente Morales para "regresar a su tierra
natal, Bolivia".
"Es así, que se hicieron gestiones
para entrevistarnos físicamente y brindarles el apoyo encomendado por el
hermano Presidente", dijo a la ABI el Agregado, que hizo abordar a los
connacionales en un avión Hércules C-130 de la FAB hacia la ciudad de La Paz.
Diego Samuel Zabaleta Gutiérrez, relató que
el 16 de abril, vio una escena "horrible", porque estaba al cuidado
de su hermana menor por parte de padre y sintió el temblor.
Luego llegó su padre con pánico y escuchó
decir a su hermana "estamos con Dios, los amo y si tenemos que morir, nos
morimos", al momento de abrazarse entre los tres, porque se caían las
cosas y se desplomaban las paredes de su vivienda y la del vecino.
Así sobrevivieron y luego se fueron a
Guayaquil, pero dijo que su padre Jhonny Zabaleta, periodista deportivo,
decidió quedarse porque su esposa es del lugar y cuenta con una fuente de
trabajo.
Agradeció al Presidente Morales por la
cooperación de permitirle regresar a La Paz, donde radican sus tíos y abuelos
que están preocupados por lo que les sucedió.
Por su parte, Pilar Garriazabal, odontóloga
de profesión, entre sollozos relató que llegó a Ecuador hace dos años, para
trabajar y cuidar a sus padres que radicaban hace más de 20 años en ese país y
que lo ocurrido aquel 16 de abril fue algo "espantoso", que nunca
pasó por su mente que le iba a suceder.
"Los viejitos, a pesar de perder su
casita, no quieren moverse, pero yo he decidido regresar a mi Patria porque hay
muchos cambios. Yo me vine a Ecuador por empleo y lo conseguí en el Ministerio
de Salud, pero se me cumplió mi contrato", declaró.
Ante esa circunstancia dijo que, con lo
poco que ahorró montó su propio consultorio y logró obtener una vivienda en
Bahía, pero con el terremoto cambió su vida, perdió todo su equipo
odontológico, sus bienes y su casa.
Ella también agradeció al Primer Mandatario
boliviano y al embajador de Bolivia en Quito, Juan Enrique Jurado, por haberle
otorgado un monto de dinero para que no le falte nada, ni a ella ni a su hija,
tomando en cuenta que fueron evacuadas a un campamento de refugiados.
"El Embajador y personeros de la
Embajada estuvieron pendientes por lo menos de las dos, ahora regreso a Bolivia
con la esperanza de comenzar de cero una nueva vida", afirmó.
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