Por Karina Pérez
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Poco más de 6,5 millones de electores se pronunciarán el domingo
sobre la potencial candidatura de Evo Morales a la Presidencia en las
elecciones de 2019 y definirán el curso de la mayor revolución en Bolivia en
casi 200 años.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocó
a las urnas a 6.502.103 de ciudadanos que el domingo autorizarán o negarán una
reforma constitucional para habilitar las candidaturas de Morales y el
vicepresidente Alvaro García Linera para las elecciones que franquearán el
ejercicio constitucional de 2020-25.
El referendo del domingo viene precedido de
una guerra sin cuartel en las redes sociales, donde la oposición de
conserrvadores a Morales ha intentado talar su legitimidad.
El viernes el país recuperaba el resuello
tras la muerte de 6 funcionarios en la Alcaldía de Alto, circunsvecina de La
Paz, a su vez sede de Gobierno, por intoxicación en medio de un incendio
desatado el miércoles cuando una marcha de padres de familia metía presión para
que la alcaldesa opositora Soledad Chapetón acceda a mejorar los servicios de
educación en esa ciudad de población mayoriatriamente indígena.
Morales y García Linera gobiernan Bolivia
desde 2006.
Se trata, según el oficialismo boliviano,
de una jornada que definirá el curso de la denominada Revolución Democrática y
Cultural que, galvanizada por Morales desde 2006, extrajo a Bolivia del sótano
del desarrollo en América Latina y la emplazó como el país con mayores tasas de
crecimiento econímico de la región.
Primer presidente indígena de Bolivia,
Morales viene de ganar con holgura las elecciones de 2005, 2009 y 2014.
La primera de sus 3 administraciones al
hilo la ganó con 54% y correspondió a la superada Constitución que rigió la
vida política de Bolivia entre 1967 y 2008.
Impulsada por Morales y su Movimiento Al
Socialismo (MAS), la Constitución vigente, producto de una Asamblea
Constituyente entre 2006 y 2008, fue
aprobada en las urnas en febrero de 2009 y rige desde entonces.
El segundo gobierno de Morales en los
hechos, entre 2009 y 2014, se rigió a ese código político y funcionó como el
primero de ese nuevo tiempo constitucional.
La carta constitucional vigente admite una
sola reelección y Morales, que fue ratificado por el 67% de los bolivianos en
un referendo revocatorio de mandato en agosto de 2008, renovó su legitimidad,
en tal virtud, en las elecciones de octubre de 2014, cuando recibió el respaldo
del 62% del electorado.
Dueño de una popularidad que promedia el
70% última década, Morales busca la
refrenda ciudadana para tentar a un cuarto mandato consecutivo.
El TSE habilitó el voto de 6.242.112
ciudadanos en Bolivia y 258.991 en el exterior, en más de 70 ciudades de 33
países de América, Africa, Asia y Europa.
El TSE alistó 30.367 mesas de votación, de
las cuales 29.224 mesas estarán ubicadas en todo el territorio nacional, y
1.143 mesas en el extranjero.
Los recintos electorales habilitados suman
4.923, de los cuales 4.785 estarán en el país y 138 en los 33 países del
exterior, que acogen a comunidades de bolivianos.
Precedido por tensiones como ningún otro
evento electoral desde 1982, cuando se restauró la democracia boliviana tras 18
años de dictaduras militares, el referendo será resguardado por 12.443
militares y 15.000 policías.
El acto político más intenso de los últimos
años, será observado por al menos 100 destacados de la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur) y la Organización de Estados Americanos (OEA).
"La OEA está desplazando más de 70
personas que van a estar en los 9 departamentos del país, tanto en áreas
urbanas como rurales, para hacer este acompañamiento", precisó Katia
Uriona, titular del TSE.
La Unasur emplazó a 25 personas
observadores a 7 de los 9 departamentos bolivianos.
La autoridad electoral cursó invitaciones
también a misiones observadoras de la Unión Europea (UE) y la Asociación
Mundial de Organos Electorales (AMOE).
A Bolivia también llegó una misión de
observadores de organizaciones indígenas, compuesta por 20 personas, a la
cabeza del representante del Movimiento Popular la Dignidad Túpac Katari, de
Argentina, Julián Bokser, que trabajarán principalmente en las ciudades de La
Paz y El Alto.
Los miembros de esa misión son
representantes de organizaciones sociales de Argentina, Chile, Perú, Uruguay,
Ecuador y Venezuela.
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