ESPAÑA (ANB / Información tomada de
www.vanitatis.com).- La División Antidrogas
Urbanas de la Policía Federal Argentina recibió un soplo: en cierto domicilio
de la calle Almirante Brown de Buenos Aires posiblemente se vendían
estupefacientes. Un dispositivo de agentes vio cómo algo cambiaba de manos
entre Walter A. Soto y otra persona, por lo que el juez ordenó intervenir el
móvil del primero. Y allí estaba todo. De la manera más imprevista, una red de
prostitución vip quedó al descubierto. También salió el nombre de David Bisbal.
Conversaciones
de Whatsapp, vídeos, multitud de fotografías, contactos, agenda telefónica y el
entrecruzamiento de datos cotejando distintos perfiles en redes sociales
destaparon el 'servicio concierge' mediante el que Soto, Loana ‘Loe’ Bergonzi,
Emiliano Volpe y otros proporcionaban servicios sexuales a clientes de abultada
cartera. De los 350 euros que fija como precio uno de los proxenetas con
interés en sumarse al negocio a los 2.000 que podían llegar a costar los
servicios de Julieta A., la más cara de las chica en alquiler. Si los
investigados por el Juzgado Federal número 9 de Buenos Aires resultan
finalmente inculpados, se enfrentan a penas de hasta diez años por un delito de
trata de personas.
Como
recordará el lector, David Bisbal se desmarcó mediante un comunicado para
después remarcar, en su primera aparición pública, su profunda indignación por
verse involucrado en la trama. Incluso su última pareja, Eugenia ‘China’
Suárez, ha querido salir al paso para defender la imagen pública del
almeriense: “No he conocido persona más recta que él”.
La
captación
Según
se indica en el informe del Ministerio Público argentino al que ha tenido
acceso 'Vanitatis', la agencia We Love It, de Soto y Bergonzi, proporcionaba
servicios de compañía e imagen en distinguidos eventos sociales, principalmente
de Buenos Aires. Esta primavera, la red comenzó a ampliar negocio en Ibiza
mediante un asociado con buenos contactos en el ambiente de las fiestas
electrónicas. Soto era el principal captador de mujeres. Él se encargaba de
seleccionarlas cuidadosamente atendiendo a criterios de belleza y
disponibilidad, amén de ofrecerles un mundo de privilegios y dinero fácil.
También les prometían facilitarles 'empleos' bien pagados en el extranjero y la
asistencia a fiestas glamourosas donde establecer su propio 'networking. El
artista paraguayo Aníbal Pachano, jurado del programa ‘Bailando’, es uno de los
que se ofrece a entrar en el negocio.
Todas
eran jóvenes, a poder ser menores de 22, y de perfil “aniñado”, según la
investigación. Algunas solo bailaban. Otras hacían “de todo”. Si el precio por
servicio eran 1.500 euros de media, la red se quedaba 450. “Que esta rebien y
no las matas y se quedan”, dice uno de los 'whatsapp' intervenidos. Loana
explica a su socio que las chicas debían “enviar un e-mail con nombre y
apellidos, edad, altura, medidas, color de ojos, nacionalidad y foto de
pasaporte. 5 fotos selfie. 5 fotos profesionales”. También un vídeo de
presentación. Varios ejemplos y numerosas fotos de chicas en paños menores
obran en la investigación de la Fiscalía. Una de ellas es Maipi, concursante de
la 15ª edición de 'Gran Hermano' en Argentina.
La
cosificación
Soto
llegó a trabar relación sentimental con alguna de ellas, sin olvidar nunca que
el negocio era lo primero. La documentación a la que 'Vanitatis' ha tenido
acceso explica el dominio de Soto sobre sus pupilas en los siguientes términos:
“Colonización de la subjetividad que le permitía llegar a la explotación económica
de las mujeres a través del sexo”. Es decir, su capacidad de seducción sobre
ellas acababa casi robotizándolas. We Love It se hacía cargo de todos los
gastos (billetes de avión, taxis, hoteles, dietas) y ellas debían comunicar
cuándo llegaban al servicio, cuándo regresaban a casa y si se producía alguna
circunstancia imprevista. Así, una de ellas consulta con Soto por Whatsapp si
el político con quien acaba de acostarse puede repetir gratis una segunda vez.
Un hombre del más alto nivel. En otra ocasión, una explica que, a cambio de
sexo anal, el cliente ofrece costearle un aumento de pecho. Soto se lo
desaconseja.
Conexión
Ibiza
Loana
era la que establecía muchos de los contactos entre prostitutas y clientes, la
mayoría, conocidos suyos. Asimismo, ayudaba a Soto en la captación y
“adoctrinamiento” de las jóvenes, conminándolas a rechazar otros empleos que
les surgiesen para dedicarse a la red tiempo completo. Julieta A. era la más
deseada y, de algún modo, la imagen de la casa. Loana procuró que estuviese en
cierta cena con jugadores de fútbol, entrenadores y un contacto para expandirse
en Ibiza. También se la llevó como acompañante en un viaje de negocios a Miami.
“Mañana le lavas la cabeza vos”, “Ella me adora me hace caso en todo, La
hacemos nuestra, Va a ser fiel”, explica Loana a Soto por Whatsapp.
Tanto
Loana como Soto viajan a la Isla Blanca. La agencia negocia allí con un tal
‘Chris Crack’ que aconseja a Soto cómo llevar su negocio en la isla,
recomendándole no cobrar menos de 1.000 euros por día y que él le pondría en
contacto con amigos, todos ellos millonarios “que pagan una fortuna”. Se
menciona a adinerados árabes. Chris incluso proporciona a Soto una lista de
chicas “ultra VIP”: Agostina C., Paula R., Marisa S., Laura Y., Gabriela T., Camila
O. y Florencia P.
Y
aparece el nombre de Bisbal
Resulta
imposible saber si lo que dicen los sospechosos es cierto o no, y preferimos
ponerlo en cuarentena por el daño que puede ocasionar al cantante almeriense.
Emiliano Volpe, relaciones públicas de la discoteca Jager en Buenos Aires y
también investigado, disponía de su propio grupo de chicas y en ocasiones
colaboraba con Soto. En una de las conversaciones, el cliente es el DJ italiano
de fama internacional Marco Carola. El problema surge cuando el DJ desea
contratar los servicios de dos chicas en concreto que no pueden acudir a la
cita porque, según reza textualmente uno de los 'whatsapps' incluido en el
informe del fiscal argentino, “pasa que esas putas estaban ahí con David
Bisbal”. Para cubrir las vacantes, Volpe consigue una chica que pide no menos
de 7.000 (la conversación no especifica a qué moneda se refiere), adjuntando
una foto de la misma. Otra foto, de David Bisbal con Emiliano Volpe y otras
personas tras jugar un partido de fútbol, demuestra que sí se conocen. La foto
fue colgada en Facebook el 19 de febrero de este año. Según ha podido constatar
'Vanitatis', un día después Carola está actuando en el festival Ultra Buenos
Aires 2015.
En el
hipotético caso de haber sido Bisbal alguna vez cliente de Volpe o de Soto, no
habría cometido delito alguno, pues la ley argentina solo persigue a los
proxenetas. Desde luego, tampoco sería descartable que Volpe quisiera marcarse
un tanto ante Soto presumiendo de clientes al más alto nivel. Esto último quizá
pueda determinarlo la investigación que dirige desde Buenos Aires el fiscal
Federico Delgado.
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