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domingo, 9 de agosto de 2015

CHILE PROPUSO RELACIONES PARA CONTRARRESTAR APOYO DEL PAPA

Revelación de La Tercera
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El gobierno de Chile planteó a Bolivia el restablecimiento de relaciones diplomáticas sin condiciones, con la finalidad de neutralizar la posición del Papa Francisco sobre la reivindicación marítima, según un informe especial que publica el matutino La Tercera de Santiago.


En su nota dominical, citando fuentes de la cancillería del vecino país, el periódico indica que fue una forma de salir del “atolladero” y frente a la estrategia boliviana sobre el tema.

En el mismo texto se menciona que el expresidente de Bolivia, Eduardo Rodríguez Veltzé, tuvo acercamientos con un diplomático chileno para llegar un “acuerdo que satisfaga a La Paz y Santiago”, lo cual derivara en una relación.

Texto completo de La Tercera

"La lluvia golpeaba con fuerza sobre la carpa blanca que cubre el pequeño jardín de la residencia de la cónsul de Bolivia en Chile, Magdalena Cajías, en calle San Damián, en Las Condes, apagando por momentos el sonido de su voz mientras hablaba del proceso de “reparación de las injusticias históricas” -sociales, culturales y económicas- que vive su país desde la llegada del gobierno de Evo Morales.

“El concepto de reparación es también el que nos ha llevado a plantearnos ante la Corte Internacional de La Haya para el caso de injusticia de más de 100 años, que fue la pérdida de nuestro acceso soberano al mar”, dijo Cajías el jueves 6, en un breve discurso, con motivo de la celebración del Día de la Independencia de Bolivia, rompiendo el silencio que ha mantenido sobre el tema de la demanda marítima desde que llegó a Chile, en abril del año pasado.

Lo hizo, eso sí, en un ambiente protegido. En su casa y ante unos 30 invitados, entre los que había embajadores y representantes de misiones extranjeras acreditadas en Chile, unos pocos chilenos y otros tantos bolivianos.

“Creemos en la importancia del diálogo que se ha propuesto en la corte, en la posibilidad de diálogo con nuestros vecinos, que lamento sientan que se les está agrediendo cuando pedimos este derecho a la reparación. Pero es un derecho a la reparación a través del diálogo, el que siempre vamos a plantear desde una perspectiva pacifista, desde una perspectiva de integración, desde una perspectiva latinoamericana, sudamericana y mundial, porque los pueblos tienen que encontrar soluciones y tienen que encontrar la posibilidad de debatir sobre lo que los separa”, argumentó la diplomática boliviana. “Creemos firmemente que más allá de los dimes y diretes que pueden producirse a diario, estamos en condiciones entre Bolivia y Chile de restablecer en algún momento nuestras relaciones y sentarnos de manera franca y sincera a debatir nuestros problemas”, dijo Cajías al finalizar su mensaje. 

En el jardín, bajo la carpa blanca que con dificultad resistía el fuerte temporal, el director de política consular de la Cancillería chilena, Jaime Bascuñán, escuchaba en silencio. Era el único representante del gobierno en la ceremonia. Una señal clara del tenso momento que pasan las relaciones entre Santiago y La Paz desde hace casi un mes y que esta semana llegó a un punto crítico, tras la amenaza lanzada por el Presidente Evo Morales de expulsar al cónsul general de Chile en Bolivia, Milenko Skoknic.

“Chile, por la cuestión del mar, siempre buscó la inestabilidad política. Sospechosamente estos días, esta semana que se va (la entrevista con Morales fue el 1 de agosto), el cónsul de Chile estaba viajando a todos los departamentos, no sé si hay que declarar persona non grata a ese cónsul, buscando a autoridades y dirigentes. No sé si son sus atribuciones, vamos a analizar profundamente esta andanza del cónsul chileno”, dijo el mandatario paceño.

Al momento de conocerse las acusaciones de Morales, el canciller David Choquehuanca se encontraba en Italia para asistir a la inauguración del stand de Bolivia en la Expo Milán. No sabía de las críticas que el Presidente había lanzado contra Skoknic. Hasta ese momento, aseguran fuentes de la Cancillería boliviana, en el ministerio no existía una queja, mucho menos una investigación sobre el desempeño del diplomático chileno, ni de sus reuniones con tres autoridades departamentales -de las cuales dos son oficialistas- o con dirigentes gremiales.

La tarea que tenía Choquehuanca por delante respecto de Chile era otra y la había anunciado el mismo Evo Morales el lunes: Preparar una propuesta formal para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas en 1978 y que fijara mecanismos para discutir el tema del mar.

Pero las acusaciones de Morales contra el cónsul chileno abortaron la propuesta.

“Todas las cosas tienen un límite”, respondió airado el canciller Muñoz al presidente boliviano. “Que la Corte de La Haya tome nota y que el Papa tome nota: nuestro ofrecimiento de diálogo es respondido con una amenaza de expulsión de nuestro cónsul general”, añadió. “Qué más se puede decir, nos vemos en La Haya”, concluyó Muñoz, frase que se interpretó como un portazo a la idea de Morales de enviar a Chile una propuesta formal.

Secuelas del hermano Francisco

Fue el 8 de julio cuando el Papa Francisco, en medio de su visita a Bolivia, de manera sorpresiva instó a Chile y Bolivia a resolver los temas pendientes a través del diálogo. “Estoy pensando en el mar. Diálogo. El diálogo es indispensable”, indicó el jerarca de la Iglesia Católica.

La intervención del Sumo Pontífice, sumado a la fuerte ofensiva que ha desplegado Bolivia ante la comunidad internacional en favor de su demanda marítima, obligaron a la Cancillería chilena a una jugada compleja y rápida. Tras un intercambio de opiniones vía WhatsApp con algunos de sus asesores más cercanos, entre los que se cuentan Alberto van Klaveren; su jefe de gabinete, Aníbal Barría; Carlos Portales, Angel Flisfish, Luis Maira y Juan Somavía y, después de conseguir la autorización de la Presidenta Michelle Bachelet, el canciller Heraldo Muñoz planteó a través de la prensa que Chile estaba disponible para restablecer de inmediato y sin condiciones las relaciones diplomáticas con Bolivia.

Diplomáticos chilenos admiten que la estrategia permitía salir del atolladero en que quedó Chile tras el llamado del Papa Francisco, trasladando a Bolivia la responsabilidad de poner obstáculos al diálogo. Según los análisis que se hacían en Cancillería, era difícil que el gobierno de Morales aprobara la invitación, sin fijar condiciones que la hicieran inviable. Además, no tenía costos negativos para la defensa chilena ante los jueces de la Corte de La Haya.

Tal como habían previsto en Santiago, la proposición informal descolocó a Evo Morales, quien reaccionó con violencia, acusando al canciller chileno de faltar a la verdad.

Debieron pasar un par de días para que la Cancillería paceña matizara la respuesta. Ahora se mostraban disponibles, siempre y cuando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas condujera a encontrar una solución a la demanda de salida soberana al mar. Condición que fue rechazada de inmediato por el canciller Muñoz.

Esfuerzos del agente boliviano

El 27 de julio, Evo Morales invitó a los ex presidentes bolivianos a una reunión en Palacio Quemado. El objetivo era sumar a los opositores Jaime Paz Zamora (socialdemócrata) y al derechista Jorge Quiroga a la ofensiva comunicacional por la demanda marítima. El primero aprovecharía sus contactos en Europa y con la Internacional Socialista; el segundo, sus redes en Estados Unidos.

Pero en la cita, a la que también concurrieron el canciller Choquehuanca y el agente paceño ante la Corte de La Haya, Eduardo Rodríguez Veltzé, también se discutió extensamente la respuesta que había dado hasta entonces Bolivia a la idea de restablecer relaciones diplomáticas con Chile.

En ese punto, afirman fuentes diplomáticas paceñas, hubo discrepancias. El canciller, Paz Zamora y, en especial, Rodríguez Veltzé se habrían inclinado por flexibilizar la respuesta original para no aparecer ante la comunidad internacional como un intento de obstaculizar la normalización de relaciones diplomáticas con Chile.

Morales no habría estado de acuerdo. Bajo presión de grupos del MAS, que están alentando la reelección del mandatario para el período 2020-2025, lo que obligaría a modificar la Constitución, Morales se inclinó por establecer nuevas condiciones, a fin de aceptar elevar a nivel de embajadores las relaciones con Chile: que en cinco años se solucionara el acceso soberano al mar y que el Papa fuera garante de esas conversaciones.

En La Paz, diplomáticos que conocieron ese debate señalan que el ex Presidente “Tuto” Quiroga apoyó con entusiasmo esa fórmula, tal vez, añaden las fuentes, como una forma de dejar en el pasado el hecho de que durante su gestión se avanzó con el entonces Presidente Ricardo Lagos en la negociación de un enclave sin soberanía para exportar gas boliviano desde territorio chileno.

Otros, como Rodríguez Veltzé, advirtieron que la propuesta tal como estaba planteada sería inviable.

El sábado 1 de agosto, el agente boliviano ante la Corte de La Haya dio una extensa entrevista en un canal de televisión, en la que afirmó que la reanudación de relaciones diplomáticas no era incompatible con el juicio que se ventila en el Tribunal Internacional de La Haya.

Pero lo que más llamó la atención en Chile fue el hecho de que propusiera como única condición para normalizar las relaciones entre estados el que se estableciera una aproximación al diálogo marítimo.

Cercanos a Rodríguez Veltzé afirman que aunque el agente y ex presidente de la Corte Suprema no había recibido instrucciones precisas del canciller Choquehuanca para plantear eso, sí habían conversado previamente los parámetros en los que se podía mover.

El agente boliviano fue más allá en sus esfuerzos. El fin de semana se contactó con un diplomático chileno al que había conocido en enero, en Zambia, durante una reunión de trabajo del grupo de países sin litoral, para establecer una vía de comunicación entre las cancillerías de Bolivia y Chile.

La idea era lograr un acuerdo que satisficiera a Santiago y La Paz, el que permitiera el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países con el concepto de aproximación al diálogo en el tema del mar. Tanto Choquehuanca como Muñoz eran informados de estas tratativas. Aunque el canciller chileno no tenía muchas expectativas de éxito.


Los esfuerzos parecían ir bien encaminados hasta el martes 4 en la mañana, cuando el Presidente Morales amenazó con expulsar al cónsul chileno en Bolivia, desatando un nuevo temporal, cuyo golpeteo, como el del jueves 6 en la tarde, parece ahogar las voces de quienes creen, “más allá de los dimes y diretes que se producen a diario”, que Chile y Bolivia en algún momento normalizarán sus relaciones diplomáticas".

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