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viernes, 10 de julio de 2015

PRESOS DE PALMASOLA PIDEN A FRANCISCO INTERCEDER POR ELLOS

SANTA CRUZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El papa Francisco se reunió el viernes con los presos del penal de Palmasola de Santa Cruz, uno de los más hacinados y peligrosos de Bolivia, que le contaron sus penas y le pidieron interceder por ellos ante las autoridades nacionales, para que mejoren sus condiciones de reclusión y se elimine la corrupción y la retardación de justicia.


    Analía Parada, recluida en el penal de mujeres le pidió entre lágrimas a Francisco que sea el portavoz de los presos para reclamar por las constantes violaciones a sus derechos y "la sordera" de los administradores de justicia del país, "que no aplican las leyes que nos benefician, convirtiendo la justicia boliviana en terrorismo jurídico".

    Aseguró que ese "terrorismo jurídico" va en contra de los más pobres y beneficia a los que tienen poder económico, con el que logran eludir la justicia "contratando jueces corruptos".

    También pidió que se encaminen nuevas medidas de amnistía para las sentenciadas a 30 años de cárcel que hubieran cumplido la tercera parte de sus condenas, las mujeres de la tercera edad, embarazadas y con enfermedades terminales.

    Francisco recorrió parte del penal de Palmasola en un pequeño Papamóvil y también hizo un tramo a pie, donde cientos de presos, sus esposas, esposos e hijos le dieron la bienvenida y agradecieron su presencia.

    Por su parte, Leónidas Martín Rodríguez, de 43 años, aseguró que la violencia que existe en el penal, alimenta el odio y el rencor de los reclusos y evita la implementación de un buen sistema de inserción social.

    "El Estado es 100% responsable para la rehabilitación, para tener una buena reinserción social de los privados de libertad a la sociedad", urgió.

    Finalmente, Andrés de Jesús Céspedes, condenado por homicidio, describió las agudas condiciones de hacinamiento que existen en el penal, cuyo desayuno, almuerzo y cena es financiada con menos de un dólar al día.

    "Te suplicamos padre que intercedas por nosotros para que el Gobierno nos ceda nuestros pedidos, nuestros pedidos de digna alimentación, programas de verdadera reinserción social para que no volvamos incurrir en nuestros delitos", remarcó.

    Los presos le obsequiaron varios regalos al Sumo Pontífice, en su recorrido por el penal, cuyos pabellones albergan al menos a 3.000 reos, entre mujeres y hombres, en una edificación que tiene una capacidad máxima de 1.000 personas.

    La reunión con los reos de la cárcel fue la penúltima actividad que Francisco cumplió en esa ciudad del oriente boliviano.


    Después se reunió con los obispos de la Conferencia Episcopal antes de emprender viaje a Paraguay, la última parada de su gira pastoral por Sudamérica, región en la que ya visitó Ecuador.

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