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viernes, 17 de julio de 2015

¿POR QUÉ ATRAE NUESTRA ATENCIÓN EL LLANTO DE UN NIÑO?

ESPAÑA (ANB / tomada de: abc.es).- Nuestro ruidoso mundo no es rival suficientemente fuerte para que el llanto de un bebé pase desapercibido. La actualidad lo demuestra. El pequeño encontrado dentro de un contenedor soterrado, que estaba metido en una bolsa y esta en una mochila, hizo llegar sus gritos a transeunte que paseaba a su perro. Curiosamente hoy un artículo publicado en Current Biology explica qué hace que prestemos atención al llanto de un bebé o a un grito de auxilio aunque lo escuchemos en la lejanía.


Y es que estas llamadas de auxilio tienen un poder especial. Ni la conjunción un avión volando sobre una casa en la que se celebra una ruidosa fiesta, que trae de cabeza los vecinos, unido a una pelea de gatos callejeros en el exterior podrían evitar que el llanto de un bebé llegara a nuestros oídos. Y es que los gritos humanos poseen una propiedad acústica única que además de activar el “cerebro auditivo”, también activan los circuitos del miedo.

No se trata de su intensidad ni de su agudeza, señalan los autores. Los gritos tienen algo más que los diferencia de otros sonidos intensos y agudos. Parte de lo que nos hace humanos reside en cómo nuestros oídos pueden distinguir los patrones del habla compuestos de vocales y consonantes, algo que está un paso por encima de la capacidad para identificar si un sonido está emitido por un hombre o una mujer, o si es propio de nuestra especie o no. Se sabe en qué parte del cerebro se procesa esta información, pero había un área que los científicos asumían que no tiene mucho que ver con la comunicación humana. Y es quí donde entran en juego los gritos.

A pesar de su utilidad, estas llamadas de socorro habían sido objeto de poca investigación. Por eso en la Universidad de Ginebra, se pusieron manos a la obra para analizar las propiedades de los gritos. Y como no existe un archivo de gritos humanos, los investigadores utilizaron grabaciones tomadas de YouTube, películas y gritos de voluntarios, a quienes se grabó en cabina de sonido del laboratorio. Los investigadores registraron las ondas de sonido de una manera que refleja la activación de las neuronas auditivas, y se dieron cuenta de que los gritos activan una gama de información acústica que los científicos no habían considerado importante para la comunicación.

"Encontramos que los gritos ocupan una parte reservada del espectro auditivo, pero queríamos analizar una gran cantidad de sonidos para verificar que esta zona es exclusiva de los gritos", Explica David Poeppel, director del Departamento de Neurociencia del Instituto Max Planck. "En una serie de experimentos, hemos visto que esta observación se mantuvo fiel al comparar los gritos con la voz cantada o hablada, incluso a través de diferentes idiomas. La única excepción, y esto es peculiar, eran las alarmas ya sean de automóviles o de la casa, que también activan coinciden con la destinada a gritos”, explica.

Lo que diferencia a gritos y alarmas aparte de otros sonidos es que tienen una propiedad llamada rudeza o brusquedad, que se refiere a la rapidez con que cambia un sonido cambia en su estridencia. Los patrones del habla normales sólo tienen ligeras diferencias en la intensidad (entre 4 y 5 Hz), pero los gritos pueden modular esta cualidad muy rápido, con una variación entre 30 y 150 Hz.

Cuando los investigadores pidieron a los voluntarios que juzgara lo aterradores que eran una serie de gritos, los que cambian más rápido en intensidad eran los considerados como más terroríficos. Además, los investigadores confirmaron que los aumentos en en esta característica propia de los gritos se corresponden con una mayor activación de la respuesta de miedo en la amígdala, la parte del cerebro que gestiona el miedo.

El hallazgo también evidencia que los ingenieros acústicos han colpiado esta propiedad simplemente por ensayo y error. Las alarmas y los “gritos de película” logran atraer nuestra atención, pero tal vez ese efecto se puede mejorar, según este lo encontrado en este estudio. "De la misma forma que al gas natural se le añade un olor desagradable para que sea fácilmente detectable, añadiendo estridencca al sonido de una alarma se puede mejorar y acelerar su procesamiento en el cerebro humano"

Los investigadores planean continuar investigando los gritos humanos en el laboratorio, en particular los de los bebés, para ver si sus gritos son particularmente estridentes. Los investigadores también quieren aplicar sus análisis a los gritos de animales aprender cuánto se conserva esta característica a través de las especies.


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