Por Carlos Lafuente
LA
PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- Bajo un límpido cielo celeste,
contrastante con los días previos lluviosos, los residentes en la ciudad de la
Paz disfrutan de un día festivo y combinan su deber de sufragar en las
elecciones generales de Bolivia con la distensión de un domingo diferente
caracterizado, además, por las calles libres del ruido excesivo y la polución
de otras jornadas.
En un recorrido efectuado por la ABI por
las calles paceñas, se advirtió alegría, serenidad, madurez y esperanza en los
ciudadanos de todas las edades y condiciones sociales que comparten un
concepto: la responsabilidad de decidir con su voto el destino de su país, por
lo que desde muy temprano acudieron a los recintos electorales.
El centro histórico de la ciudad, con la
plaza Murillo como estandarte, muestra una quietud muy particular con muy pocas
personas caminando, en contraste con la numerosa cantidad de palomas que
parecen extrañar la presencia de sus amigos humanos, mientras que el palacio de
Gobierno, con el resguardo habitual de los Colorados de Bolivia, parece
aguardar impasible el resultado de los acontecimientos.
La impasibilidad del monumento histórico
que alberga a los gobernantes del país andino-amazónico no coincide con la
expectativa de los ciudadanos que, sin perder la serenidad, esperan con una
ansiedad natural las primeras informaciones sobre el reconteo de voto.
"Ya voté y ahora me voy a pasear con
mi esposa y mis hijos", dijo a la ABI un transeúnte en traje deportivo
quien mostró su moderno teléfono celular y se jactó de "estar al tanto de
los resultados de los comicios mediante internet en su móvil".
En la avenida 16 de Julio, conocida como El
Prado, los niños le dan otro tono especial a la jornada con sus juegos y muchas
risas, pero conscientes de lo que significa el día de elecciones.
"Estoy con mis papás, ya han votado y
yo también quiero votar pero todavía no me dejan", dijo una niña de unos 9
años de edad", que parecía muy al tanto de todo lo que significa el
derecho y la obligación del sufragio.
"Tengo que esperar hasta cumplir 18
años. En la escuela ya aprendimos cuales son nuestros derechos para elegir al
Presidente", agregó.
En el barrio de Miraflores, en
inmediaciones del estadio Hernando Siles, habitualmente abarrotado de gente y
un tráfico casi imposible en días laborales, el domingo de elecciones se pinta
muy diferente con niños y jóvenes en bicicletas y otros jugando fútbol.
Subiendo la empinada calle Landaeta, rumbo
a Tembladerani, se nota un mayor movimiento de gente caminando, mientras que
cerca al estadio del club Bolívar, hay algunos puestos de venta de sándwiches y
refrescos.
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