“Muy
probablemente”, dice
Félix Patzi. Foto; La Razón.
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PANDO,
BOLIVIA (ANB / Erbol).- Félix Patzi acaba de entregar al público,
un análisis crítico sobre la “centralista, ambigua” y casi desconocida Ley de
revolución productiva y agropecuaria, vigente desde el 2011. Tras la
presentación, afirma que Evo Morales va a durar hasta el 2019, cuando muy
probablemente, un “indígena letrado”, con formación ideológica muy clara, lo
sustituya.
En el análisis de esa
legislación, realizada por encargo de Naciones Unidas, el ex ministro de
Educación, cuestiona que el Estado beneficie a la comunidad y no a las unidades
familiares e individuales, siendo éstas, precisamente, la base de la producción
agropecuaria.
“Tampoco establece la
diferencia entre lo que son las formas de producción y las pertenencias
étnicas”, advirtió.
“Por eso no genera distintas
políticas para los campesinos con producción propiamente parcelaria, y para los
productores comunarios que tienen la propiedad colectiva y de producción en
forma (sólo) de posesión privada”.
Previno también acerca de
efectos en las nuevas generaciones y en la gran afluencia de jóvenes que migran
al área urbana, como el caso de la “doble residencia” especialmente de éstos
para vivir en la ciudad y no perder el acceso a la tierra y bienes en el campo.
La cuestión étnica, lo
“indígena originario campesino”, subrayó, no toma en cuenta a otros actores de
la producción agropecuaria como los empresarios privados, que estarían sujetos
a tratamientos especiales.
“Si no se da solución a la alta
tasa de migración campo-ciudad, la población rural que se dedica a la
producción seguirá disminuyendo y será imposible elevar la producción y la
productividad”, advirtió por su parte Carlos Camargo, coordinador del Proyecto
de Fortalecimiento Democrático (del Programa de NNUU para el Desarrollo,
PNUD-Bolivia.
El organismo auspició la
entrega de “Presupuestos y revolución productiva” un estudio conjunto de Patzi
e Isabella Radhuber, en el cuarto número de la serie Cuadernos de Reflexión y
Análisis de Políticas Públicas.
Camargo dijo que uno de los
puntos más destacados del estudio de Patzi es que la mencionada ley “omite la
diferenciación entre formas de producción y pertenencias étnicas”, al mismo
tiempo que subraya el rol del actor indígena originario campesino, excluyendo
de la normativa a los empresarios privados.
“La producción agropecuaria
pequeña ha ido disminuyendo paulatinamente. Si antes sembraban cinco hectáreas
ahora sólo dos o tres”, planteó Patzi.
“El 75 por ciento del consumo
proviene de la producción empresarial del oriente, antes era del altiplano y
los valles. Comemos productos importados: frutas, verduras, cereales. En la
Ceja de El Alto hay cebollas y zanahorias peruanas importadas y papas
argentinas”, señaló el analista.
“Los productores locales solo
tienen éxito entre abril y mayo, el resto nada, sólo para autoconsumo ¿cómo
podemos plantear seguridad alimentaria si no potenciamos a la unidad económica
familiar?, cuestionó.
Tras su exposición comentada
también por Gonzalo Colque, de la Fundación Tierra, el experto en
descolonización y sistemas comunitarios, ex candidato a la Gobernación de La
Paz el 2009 y actual dirigente de Integración Para el Cambio (IPC) accedió a
algunas preguntas:
¿Propone re categorizar a los
actores agrarios?
¬–Mucha gente rural, con
estructuras y sistemas todavía antiguos, no capitalistas, tiene muy arraigada
la práctica soberana de su trabajo; ellos saben qué es no depender ni ser
explotado. Hay que resaltar y fortalecer eso. Se puede apropiar (del resultado
de su trabajo) porque él mismo practica y conoce, no hay necesidad de teorías
sofisticadas, si no reflexionar a partir de lo que ellos practican en su
trabajo, sin depender de un tercero. Eso hay que reivindicar; lo que faltaría
es cómo puede aumentar su ingreso económico, si hoy ganan 2.000 cómo con su propio
trabajo puede incrementar a 10 o 14.000 ejerciendo soberanamente: puede
trabajar unos días más intensivos otros no, pero no está trabajando para algún
otro, un tercero. Hay que potenciar ese tipo de práctica que se tiene y que es
el 80 por ciento de la economía boliviana; hacer que tome conciencia de la
forma en que hace el trabajo y no tender al trabajo asalariado, con seguro de
salud, vacaciones… Sacar de la mente esa forma de concepción de trabajo basada
fundamentalmente en la sobreexplotación; mientras hay un trabajo soberano, sin
ningún tipo de explotación.
¿Es este el Estado más
capitalista en la historia del país?
Si. La política boliviana en
términos de relaciones sociales de producción, no cabe duda que ha fortalecido
las relaciones de producción capitalistas. El cambio que se ha discursado está
orientado a factores más culturales-étnicos no tocando lo fundamental: las
relaciones sociales económicas y políticas; no las han tocado para nada.
Evidentemente, han predominancia y consolidación de la economía capitalista. En
lo político, la democracia representativa es la base de la enajenación de la
soberanía del pueblo, y la democracia comunitaria (que es la antípoda de la
democracia representativa) no solamente está marginada, sino ya abandonada. En ese
sentido, la lógica occidental basada en dos núcleos: relación económica de
explotación capitalista y democracia representativa (base de la enajenación de
la soberanía de la decisión del pueblo), se ha consolidado. En términos
idiomáticos, culturales, simbólicos, rituales evidentemente se ha resaltado,
pero esos elementos culturales ritualísticos no afectan a las relaciones
sociales de producción.
¿Es una contradicción del
discurso oficial?
– El problema es que ahí se ha
confundido en el discurso. En términos ideológicos el gobierno apostó, (sus
protagonistas, fundamentalmente sus intelectuales) a un gobierno socialista.
Pero el socialismo tampoco libera de ningún tipo de enajenación, más bien
consolida las enajenaciones: en economía, por ejemplo, la empresa estatal
enajena, el trabajador asalariado sigue siendo empleado de una empresa estatal
y sigue siendo asalariado, enajenado. Solamente cambia el enajenador, o sea el
Estado, a nombre de qué va a distribuir ese producto. Pero para el trabajador,
desde su punto de vista, no cambió nada. Es como pasar de un patrón privado a
un patrón capitalista estatal. Pero no cambia su relación social de producción
como trabajador ni siquiera en el socialismo. Y en política incluso es más
perverso el socialismo: por lo menos en la democracia representativa, el pueblo
tiene derecho a elegir sus representantes y cambiarlos. En el socialismo el
pueblo no tiene ese derecho: se lo imponen. Hay una práctica ideológica de
eternizar en el poder a una persona. Por eso digo: es La forma política más
patológica que ha padecido la historia de la humanidad.
¿Contradicción que se suma a
otras desviaciones atribuidas?
Es fundamentalmente una
desviación ideológica basada en el socialismo, y tomar en cuenta lo indígena,
si: lo más romántico, lírico, ritual, simbólico, pero sin tocar las relaciones
sociales de producción y de dominación, que han descuidado totalmente; o
intencionadamente se las ha abandonado
Heinz Dieterich le da 8 semanas
a Maduro en Venezuela ¿cuánto Ud. al Presidente?
– En Bolivia hay otra
característica. La gente está muy manipulada; no fluyen bien las
comunicaciones… de paso tiene un símbolo que es Evo Morales como indígena.
Todavía ese símbolo es una conciencia étnica muy fuerte. En ese sentido hasta
el 2019 va a durar y el 2019 surgirá otro tipo de aperturas quizá incluso sin
descuidar lo étnico pero van a surgir propuestas más interesantes. Muy
probablemente un indígena sustituya –pero ya un indígena letrado, en mi
criterio, con formación ideológica muy clara–, va a sustituir a Evo.
“Vivir bien” ¿es un eslogan de
propaganda? ¿Quién lo creó?
–Fue producto de una
colectividad, de fuerzas sociales que lo inventaron y con el que nunca estuve
de acuerdo, ni estoy, porque yo planteo un modelo y sistema comunitario como una
nueva relación social económica y política para superar todo tipo de alienación
y enajenación. Tendría que contar la anécdota de dónde ha surgido: en realidad
no es ninguna filosofía ni paradigma: es una palabra romántica que suena bonito
pero no es una relación social de producción. Alguna vez me hice la burla de
él, cuando estaba surgiendo, los años 90 al 2003, la crisis de la izquierda, la
caída el muro de Berlín, Francis Fukuyama y “el fin de la historia”, “ya no hay
lucha de clases”, ”es el triunfo del mercado”, el “fin de los movimientos
sociales”. Cuando se discutía el fin de la historia surgen los movimientos
indígenas para cuestionar la civilización occidental basada en su núcleo:
progreso, desarrollo, evolución, civilización. Apoyados por organismos
internacionales se planteó cuál puede ser lo alternativo y comenzaron a
especular. Para hacerme la burla dije: sólo tiene cuatro elementos, “vivir
bien” significa comer bien, beber bien, tener sexo multiorgásmico y después
dormir bien ¿qué contenido más podemos hacer? Y por esa exposición me llevaron
a Europa y no tuve más que justificar este concepto. Así que no es ningún
paradigma. La preocupación por lo soberano está en la humanidad antes que Marx:
la libertad concebida como soberanía. Y cuando hablas de “vivir bien” no estás
hablando de relación social de producción; es su debilidad, por eso no es
ningún modelo. Y cuando hablamos de política siempre hablamos de relaciones de
dominación: eres dominado o eres dominante. Para eliminar eso los socialistas
han creído que el Estado podía solucionar y han sometido a la gente a peor
dominación. La discusión es cómo tú mismo puedes decidir la autodeterminación.
Y el vivir bien tampoco lo discute y por eso no es un paradigma, no es nada. Y
esa visión más antropológica, romántica, poética, lírica de lo comunitario
asociado al vivir bien, no sirve; aunque ahora la han asociado a la ecología y
la preocupación del medio ambiente (que es preocupación de la modernidad), pero
el medioambiente no entra por conciencia. A la gente le vale. El hombre, como
dice un filósofo, son tres, cinco cosas: insatisfecho, ambicioso, mentiroso,
oportunista, egoísta, eso es el ser humano independientemente que sea aimara o
quechua o etc. Se dice que indígena es armonioso con la naturaleza. Falso, eso
está bien para los que no conocen. Yo he vivido en el campo. Han cuidado porque
nunca han tenido medios de producción desarrollados sino precarios, que no
dañan la naturaleza. Si hubieran tenido medios altamente tecnificados habrían
dañado igual como lo hacen ahora con tractor y agroquímicos (fin).
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