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jueves, 12 de diciembre de 2013

RELANZAMIENTO DE LOS CINTIS INCLUYE 3 VARIEDADES DE UVAS

SENAPI entregará certificación IG en julio

TARIJA, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El presidente del comité impulsor de la Identificación Geográfica (IG) para el Valle del Cinti, en Chuquisaca, Mario Molina, indicó que como parte del relanzamiento de esa región se tomará en cuenta la promoción de tres variedades de uva criolla: Misionera, Vicchoqueña y Moscatel de Alejandría, insumos utilizados en la elaboración de vinos y singanis.


“Se ha identificado básicamente que tres variedades estén entrando directamente para el tema de la elaboración de productos típicos de la región: la variedad Misionera en uva tinta, la variedad Moscatel de Alejandría en la variedad blanca, y una variedad Vicchoqueña que ha dado mucho que hablar en el tema de la transformación de la uva en buenos vinos”, manifestó el también productor y dueño de la bodega La Casona de Molina.

Plantas de vid en el valle del Cinti. Foto: Erbol.
La Identificación Geográfica es un nombre utilizado para designar un producto agrícola, alimenticio o de otro tipo, que posee un origen geográfico determinado y cuya calidad o reputación se debe a dicho lugar de origen. En este caso, el cañón del Cinti -conformado por los municipios de Las Carreras, Villa Abecia y Camargo-, de clima templado mesotermal, poca lluvia y mucha radiación solar, en complicidad con la altura y las propiedades del terreno ferroso, “cumple con estos requisitos”.

“Nosotros tenemos una orografía muy particular y una climatología muy propia, que no depende de corrientes del sur o del norte, es un oasis prácticamente en medio de un desierto”, manifestó Molina.

Esperan la certificación en julio

El productor explicó que están en la parte final del trámite para conseguir la resolución del Senapi (Servicio Nacional de Propiedad Intelectual) sobre la IG, para lo cual –agregó- “los productos de la región van a estar completamente protegidos y garantizados para el consumo y la degustación de todos los bolivianos”.

“El SENAPI entregará la certificación en no más de seis meses, estamos hablando que máximo hasta julio de 2014 tendremos la certificación”, apuntó.

Para este tiempo, dijo Molina, la calidad de los productos de la región estará respaldada por un Consejo Regulador que “se hará cargo de todo lo que es el control, la fiscalización y la otorgación del sello de calidad, que inicialmente será ostentado en vinos y singanis”.

Explicó que la revalorización del valle, que data de hace más de dos años, inició con un trabajo de investigación sobre la caracterización vitícola en el cañón, mismo que arrojó conclusiones iniciales sobre la reapreciación de los viñedos antiguos. “El tema de los parrales, conducción en cepa y conducción en espaldera que es típico en este lugar”, destacó.

“En el caso de bodegas, se ha establecido las buenas prácticas de manufactura, y en el caso de los viñedos se ha establecido que deben cumplir las buenas prácticas agrícolas; en el tema de servicios y turismo están los protocolos de calidad”, indicó.

Subrayó que los productores de uvas y vinos adscritos al proyecto de la IG, previamente a recibir el sello de calidad, deberán cumplir con toda la normativa legal vigente como el referido al registro del SENASAG (Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria).

Productores

El representante explicó que inicialmente el proyecto cuenta con muy pocos productores de uva inscritos, en los tres municipios, sin embargo, “hay un potencial interesante de unas mil familias que van a entrar al tema productivo y otros que están recibiendo la información necesaria para poder incorporarse”. “En este momento son 50 familias que están trabajando con esta normativa”, acotó.

Respecto a las bodegas, refirió que en este momento cuentan con el apoyo de 15 productores y con la proyección de incorporar a 10 más. “Son 25 bodegas aproximadamente que van a estar una vez que empiece a salir el producto”, agregó Molina.

Buenas prácticas de manufactura

Las buenas prácticas en la manufactura se refieren al cultivo de la vid y su proceso de conversión en vino y singani. Estos son algunos de los requisitos indispensables a cumplir y que forman parte del proyecto de la IG.

“Se refiere a la normativa básica de la garantía del proceso en la bodega, básicamente seguridad de todo el personal que trabaja, tener bien identificado los ambientes donde se van a hacer cada una de las actividades: un ambiente que es la transformación de la uva en vino, la sala de fermentación, el embotellado y finalmente con el tema de la presentación del producto para que vaya al mercado”, explicó.

En la parte vitícola, dijo, los productores deben inscribirse en el Consejo Regulador para que sean proveedores oficiales y puedan vender la uva a las bodegas.

“Ellos deben cumplir requisitos básicos que no solamente tienen que ver con el tema productivo, sino también con los insumos que se necesitan para el control de plagas; tener un ambiente adecuado para el almacenamiento de los insumos como también de las herramientas agrícolas, la seguridad del personal que trabaja en la viña, entre otros”, indicó.

La hora oportuna


Para garantizar un producto final de calidad, los detalles son importantes. En el caso particular de los vinos, la cosecha de la uva debe realizarse en un horario especial. “Está definido que la región es bastante cálida a partir de las 10, 11 de la mañana, entonces lo que se está normando es que la uva que va ir a la producción de vino debe ser cosechada antes de las 10 de la mañana, eso significa que la gente entra a cosechar a eso de las 04 de la mañana para que la uva de manera fresca sea procesada”, apuntó.

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