‘Cada misil costó $us30 mil y estaban operativos’, dice
LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- El general Tomás Peña y Lillo, exjefe de Operaciones de las Fuerzas Armadas, aseguró hoy que Marcelo Antezana, excomandante del Ejército y actual senador opositor, sabía de la entrega de los 36 misiles chinos –seis de la Fuerza Aérea y 30 del Ejército– a Estados Unidos en 2005.
Antezana “sabía perfectamente, absolutamente les garantizo que sí sabía” porque “el responsable de todo el material de Ejército no es el Comandante en Jefe, sino es el Comandante del Ejército, es decir, no se puede dar de baja un fusil sin la orden del Ejército y una resolución de todo el Estado Mayor del Ejército, entonces cómo no va saber pues de misiles, si por una pistola a un oficial o un sargento le quitan un año de antigüedad, imagínense entonces por los misiles, cuyo costo era de 30 mil dólares cada uno, cómo no va saber lo que estaba pasando”, aseveró Peña y Lillo, en entrevista con la Red ERBOL.
Agregó que Antezana no deja de ser responsable en este tema ni siquiera por su viaje en el día de la entrega de los misiles chinos a EEUU. “No le exime su responsabilidad ni el viaje ni (una eventual) enfermedad en ese día”, manifestó.
En cambio, el ahora senador opositor aseguró en sus recientes declaraciones que no tenía conocimiento del operativo de entrega de misiles porque se encontraba de viaje en Brasil y que el responsable es el entonces presidente de Bolivia, Eduardo Rodríguez Veltzé, quien –según su criterio– ordenó para que su viceministro de Defensa, Gonzalo Rocabado Mercado, firme el acuerdo para la desactivación de estas armas.
Mientras el Ministerio Público ya presentó en pasados días la imputación formal por caso misiles chinos en contra de Gonzalo Méndez, exministro de Defensa; Gonzalo Rocabado Mercado, exviceministro de Defensa; Marcelo Antezana, excomandante del Ejército; Marco Antonio Justiniano Escalante, excomandante en Jefe de las FF.AA.; Marco Vázquez Ortiz, exjefe de Estado Mayor; Víctor Hugo Cuellar, exinspector General del Ejército; y los militares David Torricos Vargas, Ciro Valdivia Murguía y Ernesto Caballero.
Peña y Lillo también descarta cualquier responsabilidad
El exjefe de Operaciones dijo que todo el operativo se manejó en absoluto secreto y que él no tenía ningún conocimiento sobre la entrega de misiles, aunque ratificó que desde la gestión de Carlos Mesa, el gobierno de Estado Unidos ya estaba tratando de sacar este armamento fuera del país.
“Yo no tenía responsabilidad de ese material operativamente, porque el cargo de jefe de operaciones es conducir las operaciones; estos misiles, que eran 36 fueron reunidos en el Estado Mayor, entonces, en una reunión yo solicité que sean devueltas al Grupo de Artillería Antiaéreo, pero no me dijeron nada frente a mi pedido, hicieron pasar la solicitud como si no hubiese pasado nada, en otras palabras, esto se hizo en forma absolutamente secreta, no se consultó con ningún especialista en materia, ni siquiera a mí que creo que fui el único que fue a China a tomar unos cursos de especialización en tema misiles”, sostuvo.
Crónica tras la entrega de misiles, según Peña y Lillo
De acuerdo a la versión de Antezana, el documento que suscribieron Bolivia y EEUU para la entrega de misiles fue firmado el viernes 30 de septiembre de 2005. y el exjefe de Operaciones de las FFAA dice que recién se enteró de la desaparición del armamento el lunes (es decir el 3 de octubre de ese año)
“El lunes me enteré y llamé de inmediato a mi Jefe de Inteligencia, general Vicente Ruiz, él me dijo que no sabía nada, entonces como mi dependiente era el teniente coronel Roy Rodríguez, quien entonces era el segundo comandante de F10, le pedí un informe, porque supe que ellos escoltaron los misiles, no él particularmente, pero sí un equipo de la F10 desde el Estado Mayor hasta el aeropuerto”, relató.
Peña y Lillo añadió que Rodríguez le entregó de inmediato el informe y luego se dirigió a reunirse con el general Ruiz.
“Posteriormente, ambos nos fuimos a reunir con el general que era jefe del Estado Mayor, le dimos parte (de la desaparición de misiles), él hizo el que se sorprendió y entró a hablar de inmediato con el Comandante en Jefe, luego supimos que el Jefe del Estado Mayor tenía conocimiento. Roy Rodríguez era segundo comandante de F10. El coronel Flores era el comandante, pero a Rodríguez le pusieron a un lado (durante el traslado de misiles)”, apuntó.
Por tanto, Peña y Lillo concluyó que hubo una conspiración en este hecho, debido a que una parte de los jefes militares no sabía absolutamente nada y otra sabía pero no decía nada.
Dos mentiras
Asimismo, afirmó que en este proceso se manejó dos mentiras: uno relacionado a que supuestamente los misiles ya se encuentran en desuso y otro que esas armas eran un supuesto regalo.
Se dijo que los misiles “no servían, eso es falso; los misiles eran perfectamente operativos. La otra mentira es que los misiles no eran un regalo como se dijo en su momento, los misiles costaron 30 mil dólares cada uno, estaba dentro de un paquete de dos millones que se adquirió de China”, enfatizó.
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