LA PAZ, BOLIVIA (ANB / ABI).- El director general de Régimen Penitenciario,
Ramiro Llanos, reveló el viernes que teme por su vida, luego que dispuso el
cierre del penal de San Pedro, ubicado en La Paz, a nuevos privados de
libertad, porque con la medida se afectan intereses.
'Estamos echando agua vendita a
la cárcel de San Pedro y los demonios empezaron a llorar y no se quedarán
inmóviles y estos querrán asesinar e intentarán matarme por firmar la
Resolución Administrativa que suspendió desde el uno de agosto el ingreso de
nuevos detenidos preventivos', dijo.
Detalló que al prohibir el
ingreso de nuevos presos a ese penal, para evitar que colapse por el
hacinamiento que deteriora esa infraestructura y que los internos vivan en
condiciones 'infrahumanas', se evita también que siga siendo una especie de
'tierra de nadie' por el negocio de las celdas que favorece a pocos en desmedro
de los humildes y pobres.
Señaló que en las secciones Los
Pinos, Guanay, La Cancha, Chonchocorito, Alamos, San Martín, Prefectura, Posta,
Palmar la venta de celdas fluctúa entre 750 bolivianos y casi 70.000
bolivianos.
Mencionó que Chonchocorito y la
Posta son los lugares donde el costo de las celdas oscila entre 1.000, 5.000 y
10.000 dólares porque en esas secciones están los 'más adinerados' que cumplen
con la detención preventiva.
Llanos insistió que con la
decisión que se asumió desde la Dirección General de Régimen Penitenciario de
prohibir el ingreso de nuevos detenidos, también afecto a los ingresos de reducidos
grupos que controlan la cárcel.
'Ojala no aparezca muerto en
algún lugar, me cuidare, pero que no quede duda que la política de humanizar y
mejorar las condiciones de vida y bienestar de los privados de libertad seguirá
adelante', advirtió la autoridad.
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