COMUNARIOS QUEMAN A 2 “ASESINOS” Y A OTRO LO ENTIERRAN

¿Justicia comunitaria?

LA PAZ, BOLIVIA (ANB / Erbol).- En menos de 24 horas y en dos poblaciones distintas del departamento de Potosí, tres personas de sexo masculino, acusadas de asesinatos, fueron capturadas por enardecidos comunarios que los ajusticiaron.

Las localidades potosinas de Tres Cruces y Colquechaca fueron el pasado miércoles escenario del ajusticiamiento de tres personas.  En la primera población citada, dos presuntos autores del robo de un taxi y asesinato del dueño de ese motorizado fueron quemados vivos, 72 horas después de que supuestamente cometieron el delito.

Los dos sujetos fueron interceptados cuando trataban de vender el taxi en dos mil dólares.  Los ajusticiados, el pasado domingo habían contratado un motorizado tipo Noa para realizar el viaje desde Tres Cruces hasta la localidad de Puna, provincia José María Linares.

En el trayecto redujeron al conductor, le prendieron fuego con la gasolina del vehículo y luego se llevaron el motorizado, con la finalidad de monetizar el robo, según los primeros reportes del hecho, al que tuvo acceso la Red ERBOL.

Ayer, los presuntos autores ofrecían el motorizado a pobladores de una comunidad cercana a Belén. Los familiares y vecinos del chófer anoticiados de la aparición del taxi, se trasladaron al lugar y aprehendieron a los dos sujetos.

Las dos personas, posteriormente, fueron trasladadas a Tres Cruces, donde se velaban los restos del infortunado chofer.

En medio de un ambiente caldeado, vecinos y familiares golpearon a los retenidos y luego le  prendieron fuego. Las llamas consumieron sus cuerpos.

Los comunarios –anoche- impidieron que policías verifiquen y rescaten los restos calcinados de los acusados por robo y asesinato.

Una comisión del Ministerio Público, Policía y algunos periodistas llegaron al lugar, en medio de la detonación de cartuchos de dinamita y gritos de rechazo de parte de los lugareños.

La comitiva que se trasladó al lugar del linchamiento tuvo que abandonar, porque los ánimos de los comunarios estaban exaltados.

Otro ajusticiamiento y en el mismo día

Un joven de sólo 17 años de edad, acusado de violar y asesinar a una campesina, fue capturado por una turba de comunarios. El acusado ha sido enterrado vivo en el cementerio de esta población, luego de haber sido maniatado de las manos.

El fiscal de Colquechaca, Milton Jara, en declaraciones exclusivas a la Red ERBOL, relató que el domingo 2 de junio, la comunaria Leonarda Arias (35) no retornó a su casa. La desaparición fue denunciada al día siguiente ante su autoridad por una de sus familiares, identificada como Angélica Azurduy.

“A las 18.00 del 3 de junio, se hizo presente en la Fiscalía de Colquechaca, la señora Azurduy, indicando que su pariente Leonarda había desaparecido desde el domingo y que la estaban buscando. Posteriormente, a las 20.00, me lo volví a encontrar a la señora y me indicó que ya habían ubicado a la desaparecida pero sin vida, aproximadamente, a una hora y media de la localidad de Colquechaca, en el camino a Surumi”, explicó.

El fiscal Jara, anoticiado de este hallazgo, se trasladó hasta el hospital de la localidad a solicitar una ambulancia. En el nosocomio pusieron a su disposición el vehículo requerido y tres médicos.

El representante del Ministerio Público se trasladó junto a los médicos y cuatro familiares de Arias en la ambulancia hasta la comunidad donde se encontraba el cuerpo sin vida de la desafortunada mujer.

“El cuerpo estaba en el sector de Apacheta, cerca al camino principal a la localidad de Surumi. Entonces, el médico Gilberto Cruz Llanque hizo el levantamiento del cadáver, que estaba en posición cúbito dorsal. Trasladamos el cuerpo al nosocomio cercano a la comunidad donde se encontraba la fallecida”, agregó.

Jara solicitó –vía celular– al fiscal de Distrito de Potosí, José Luis Barrios Fuertes, la designación de un médico forense para hacer la autopsia de Ley al cadáver. El Fiscal de Distrito designó al médico Omar León Argandoña.

El 4 de junio, el médico forense designado se constituyó en esa comunidad a las 14.30 y terminó con su trabajo a las 18.30. El resultado del examen determinó que Arias murió por asfixia por vía respiratoria y agresión sexual.

“Es decir, había sido violada. Hemos encontrado gran cantidad de semen en sus partes genitales y también sangre en sus manos (y dedos), tomamos las muestras y (volvimos a Colquechaca)”, afirmó.

Al día siguiente, es decir, el miércoles, el fiscal de materia y el doctor Omar León se constituyeron en el nosocomio de la comunidad nuevamente, en el lugar decenas de personas se encontraban velando el cuerpo de la mujer asesinada.

“Había gran cantidad de comunarios, quienes trajeron (ante nosotros) al joven Santos Ramos Colque de 17 años (enterrado vivo) y a su papá Claudio Ramos de 42 años. A ellos les habían golpeado y no los querían soltar para nada. El médico forense que retornó a esa comunidad junto a mi persona, hizo la revisión médica de ambas personas, el padre no tenía casi nada, pero el hijo tenía heridas (como rasguños en su cuerpo), además se puso muy nervioso y al ver eso, los comunarios, que eran un grupo de al menos 80 personas, peor no lo quisieron soltar”, declaró Jara.

Añadió que incluso fueron agredidos por ese grupo de comunarios tanto su autoridad como el forense. En horas de la tarde, Jara y el médico volvieron a intentar rescatar al hijo y padre que estaban en poder de los lugareños.

“Intentamos rescatarlos, pero los comunarios no entendían nada, decían que iban a hacer justicia comunitaria, que los iban a quemar vivo o sino enterrarlos vivos (por lo que retornaron a Colquechaca)”, dijo.

 A las 17.00, el fiscal Jara se encontraba en una audiencia de medidas cautelares en el juzgado de Colquechaca, donde irrumpieron unas 100 personas enardecidas.

“Nos sacaron del juzgado por la fuerza a mi persona y al juez Emilio Fonseca, no entendían nada, nos agredieron físicamente y verbalmente”, dijo.

Aproximadamente a las 18.30, Raúl Rivera Días, defensor de la Niñez y Adolescencia del Municipio de Colquechaca, se comunicó vía teléfono con el fiscal Jara para informarle que el joven de 17 años había sido enterrado vivo en el cementerio de esta población.

“Me informaron que al joven lo metieron a una fosa del cementerio de Colquechaca con las manos amarradas atrás y la boca abajo, encima pusieron el ataúd de la difunta (Arias). Luego taparon los dos cuerpos con tierra”, detalló.

A las 21.00, el fiscal de materia, se constituyó junto a los únicos dos policías destinados a este municipio, hasta las puertas del cementerio, donde un grupo de comunarios todavía hacían vigilia para que nadie ingrese a desenterrar al joven.

“No pudimos hacer nada. Los únicos dos policías que tenemos aquí no tienen ni armas, sólo cuentas con gas lacrimógeno. Luego llegaron tres policías de otras localidades cercanas, volvimos al cementerio para tratar de desenterrar, pero tampoco logramos nuestro objetivo, porque los comunarios habían puesto a la entrada del campo santo una enorme roca, que no sabemos de dónde ni cómo lo han traído. Además, seguían unas 50 personas haciendo vigilia”, apuntó.

Antecedentes del caso Colquechaca

El 7 de marzo del presente año, Leonarda Arias había presentado una denuncia en contra de Eusebia Ramos Colque, la hermana mayor de Santos, indicando que la habían agredido físicamente.

“La agresión se había registrado, después de que las dos mujeres se habían agarrado a golpes, luego vinieron las hermanas menores de Eusebia, entre las tres le propinaron una severa golpiza a Leonarda hasta hacerla perder conciencia, cuando despertó, le volvieron a golpear indicando que si estaba peleando por tierras, que se comiera entonces la tierra, de acuerdo a la denuncia, la rellenaron de tierra en la boca a Leonarda, quien estuvo hospitalizada", informó.

Sin embargo, el fiscal de materia de entonces, que conoció el caso de esta agresión,  no siguió con el proceso indicado y archivó la denuncia, por causas todavía desconocidas. A partir de esta pugna por tierras, las dos familias tenían una enemistad.