MÉXICO (ANB / Tomado de El País).- Un grupo de pistoleros robó de la funeraria los
cuerpos de los dos presuntos narcotraficantes mexicanos muertos en un enfrentamiento,
uno de los cuales se presume corresponde al capo de Los Zetas, Heriberto
Lazcano Lazcano alias El Lazca, reveló este martes el fiscal de Coahuila.
En una rueda de prensa, Homero Ramos dijo que el lunes "un comando
armado, cubierto el rostro y fuertemente custodiado", después de someter
al personal de la funeraria "tomó los cuerpos y en la carroza los
sustrajeron de las instalaciones obligando al propietario a conducir dicho
vehículo.
La Secretaría de Marina mexicana ya había confirmado a primera hora de este
martes, el líder del cártel de Los Zetas, Heriberto Lazcano había sido abatido
en un enfrentamiento con sus soldados en el Estado de Coahuila (en el noreste
de México).
La Marina había dicho el lunes que "tenía indicios" de la muerte
de uno de los capos más buscados del país, y a primera hora de este martes
asegura que las pruebas dactilares practicadas al cadáver (del que ha difundido
una imagen) coinciden con las del líder de uno de los carteles más sanguinarios
de México.
La Marina afirma que en ese choque armado murieron dos criminales, y que
después de hacer pruebas forenses todo indica que uno de ellos es el número uno
de Los Zetas, el segundo narco más buscado por México y Estados Unidos después
de Joaquín El Chapo Guzmán.
Heriberto Lazcano, también conocido como Z-3 o El Verdugo, nació en el
Estado de Hidalgo (al este del Distrito Federal) el 25 de diciembre de 1974. La
Agencia Antidroga de Estados Unidos ofrecía en su página web una recompensa
máxima de cinco millones de dólares por alguna pista que llevase al arresto del
jefe de la banda criminal más sanguinaria de México.
Al mismo tiempo, advertía: “No intente capturar a este individuo”. El
Gobierno mexicano también le había puesto precio a su cabeza: 30 millones de
pesos, alrededor de 1.800.000 euros.
El Lazca había sido integrante del Grupo Aeromóvil de las Fuerzas Armadas,
una unidad de élite creada por el Ejército mexicano a mediados de los años
noventa. Más de una docena de estos soldados desertaron a finales de esa década
y se pasaron al lado del narcotráfico. Comenzaron a trabajar como una especie
de escolta personal de Osiel Cárdenas Guillén, por entonces líder del cártel
del Golfo y en la actualidad preso en una cárcel de EEUU.
La detención de Osiel Cárdenas en 2003 fue el desencadenante del nacimiento
del cártel de Los Zetas y del violento mito de El Lazca. Poco a poco los
antiguos militares de élite empezaron a operar por su cuenta en el mundo del
crimen. Durante el sexenio del presidente Felipe Calderón el nombre de Los
Zetas se convirtió en el símbolo de lo peor de la violenta guerra contra el
narco: las decapitaciones, las extorsiones, el pánico social.
En 2010, Los Zetas, liderados por Lazcano, ya se habían hecho con el
control de buena parte del negocio ilegal de la zona noreste de México:
Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León, estados fronterizos con EEUU y claves para
el tráfico de droga. Su posicionamiento en el mapa del narco tuvo lugar a costa
de una sangrienta guerra criminal con su antiguo grupo de pertenencia, el
cártel del Golfo, con el que Los Zetas continúan combatiendo.
La muerte de Heriberto Lazcano es el acontecimiento de mayor calibre en la
lucha contra el narco durante el último sexenio. El Lazca era considerado el
capo más poderoso detrás de su rival Joaquín El ChapoGuzmán, cabeza del cártel
de Sinaloa.
A dos meses de que ceda el mando de México a Enrique Peña Nieto, del
Partido Revolucionario Institucional (PRI), el actual presidente, Felipe Calderón,
del Partido Acción Nacional (PAN), logra el gran golpe contra el narco de su
legislatura, ensombrecida por los más de 50.000 muertos habidos en el combate
frontal contra el crimen ordenado por él desde que se hizo con el poder en
2006.
Durante esta legislatura también cayó otro capo significativo, Arturo
Beltrán Leyva. La Marina lo abatió en diciembre de 2009 en el Estado de
Morelos.
La situación del cártel de Los Zetas parece más complicada que nunca. Hace
menos de un mes se supo que los dos líderes de la banda criminal, El Lazca y
Miguel Ángel Treviño, alias Z-40, libraban una batalla por el control total de
la organización criminal, según confirmó la Procuraduría (fiscalía) General de
la República.
Poco después, el 26 de septiembre, fue detenido un alto mando de Los Zetas
que estaba por debajo del Z-40 y de Lazcano en el escalafón: se trataba de Iván
Velázquez Caballero, alias El Talibán, que supuestamente estaba al frente de
una facción de la banda que operaba en los estados de San Luis Potosí,
Zacatecas y Nuevo León.
Este mismo lunes la Marina presentó ante los medios a otro brazo ejecutor
de Los Zetas, Salvador Alfonso Martínez Escobedo, alias La Ardilla, cusado de
matanzas colectivas, asesinatos diversos y de las mayores fugas masivas de
reos.
La supuesta caída de El Lazca sería, además, el segundo hecho de impacto
ocurrido en menos de una semana en el Estado de Coahuila. El jueves fue
asesinado en un poblado llamado Santa Eulalia, a unos 40 kilómetros de la
ciudad fronteriza de Acuña, José Eduardo Moreira Rodríguez, de 25 años, hijo de
Humberto Moreira, gobernador de Coahuila de 2005 a 2010.
México, 9 octubre 2012 – L.F.C./
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