MENDOZA,
ARGENTINA (ANBOLIVIA / ABI).-
El presidente de Bolivia, Evo Morales, llegó el viernes por la noche a Mendoza,
sede de la 43 Cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur) y de la reunión
extraordinaria de jefes de Estado y cancilleres de la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur) y dijo que su gobierno no reconocerá "la
dictadura" instalada en Paraguay tras el derrocamiento del mandatario
Fernando Lugo hace una semana.
"El gobierno nacional no va a reconocer la dictadura en Paraguay", afirmó el gobernante boliviano durante una emisión de prensa que brindó en el terraplén de la IV Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina, instalada en la órbita del Aeropuerto local Francisco Gabrielli.
Morales, que llegó a las 19h58 locales, fue el primer mandatario visitante en llegar a Mendoza.
Poco menos de dos horas antes lo había hecho la presidente anfitriona de ambas cumbres, Cristina Fernández de Kirchner.
Enfundado en pantalones jean y una casaca pullover (chamarra) tocada en mangas y cuello con motivos andinos, Morales fue recibido por el gobernador de la provincia de Mendoza, Francisco Pérez, con quien se regodeó un tanto después que una formación militar de la IV Brigada Aérea le rindiera honores propios de su investidura mientras una banda castrense desgranaba ritmos marciales.
Morales y Pérez compartieron unos instantes antes que los periodistas asignados a la cobertura de ambas citas presidenciales le solicitaran unas palabras.
"Olé, olé, Olé, ole´; Evo, Evo, Evoooo", entonaron los comunicadores, en su mayoría argentinos, al estilo de los cánticos futboleros, tradicionales en las canchas de Argentina, a lo que el jefe de Estado boliviano contestó con saludos de mano y se acercó al podio donde sostuvo que su país no reconocerá al gobierno ilegítimo de Federico Franco en Paraguay.
"La situación de Paraguay merece un debate profundo" en el seno del Mercosur y la Unasur, afirmó al tiempo de deplorar los intentos golpistas y conspiraciones para que la región cambie el rumbo democrático que emprendió hace más una década.
Las afirmaciones de Morales se registraron una semana después que el Congreso paraguayo separara del cargo a Lugo, en un juicio sumarísimo y sentara en su lugar al vicepresidente Franco.
Preguntado sobre la reciente crisis policial que adquirió ribetes de complot en Bolivia, Morales, que lució afable y exultante, consideró que "todavía intereses internos y externos" tratan de trisar las democracias latinoamericanas, en alusión al motín policial en Bolivia, la agitación paraguaya y, de refilón, al golpe militar que sacudió Honduras hace tres años.
Morales lamentó "la participación de Estados Unidos" y de su agencia para el desarrollo (Usaid, por sus siglas en inglés) que intentan hacer naufragar el estado de derecho vigente en la región.
El mandatario boliviano consideró, empero, que los movimientos sociales amurallan las democracias regionales.
"Y, por eso mi respeto, mi admiración a todas las fuerzas sociales de Bolivia, sólo las fuerzas sociales pueden derrotar cualquier intento de golpe de Estado", remarcó el mandatario indígena.
Luego de despedirse de los periodistas en medio de gritos de "¡grande ?Evo!", Morales se trasladó al exclusivo Hotel Intercontinental, en el centro de Mendoza, donde se hospeda la mayor parte de los jefes de Estado.
A la salida de la base militar aeronáutica, en una caravana de 20 vehículos y otro tanto de motocicletas de la Policía local, grupos de bolivianos y militantes de la Unión Peronista apostados en la avenida Costanera, le saludaron y hicieron flamear enormes whipalas.
De ese establecimiento partió poco después de las 20h00 locales hacia una tradicional bodega, Escorihuela, donde la presidenta anfitriona de ambas cumbres ofreció a sus invitados una cena.
La bodega, emplazada en el departamento Godoy Cruz, al sur de la ciudad de Mendoza, se ha convertido en una fortaleza custodiada por cientos de efectivos de la Policía Federal.
Escorihuela produce los más reputados vinos de exportación de Mendoza.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, y la viceministra de Comunicación, Claudia Espinoza, acompañan al mandatario que el viernes hablará ante el plenario del Mercosur, unión aduanera a la que Bolivia se ha asociado.
Con la crisis institucional en Paraguay desatada tras el derrocamiento por el Congreso de Lugo, como eje central, comenzó el jueves en la argentina Mendoza, la 43 Cumbre del Mercosur y la reunión extraordinaria de Unasur.
"El gobierno nacional no va a reconocer la dictadura en Paraguay", afirmó el gobernante boliviano durante una emisión de prensa que brindó en el terraplén de la IV Brigada Aérea de la Fuerza Aérea Argentina, instalada en la órbita del Aeropuerto local Francisco Gabrielli.
Morales, que llegó a las 19h58 locales, fue el primer mandatario visitante en llegar a Mendoza.
Poco menos de dos horas antes lo había hecho la presidente anfitriona de ambas cumbres, Cristina Fernández de Kirchner.
Enfundado en pantalones jean y una casaca pullover (chamarra) tocada en mangas y cuello con motivos andinos, Morales fue recibido por el gobernador de la provincia de Mendoza, Francisco Pérez, con quien se regodeó un tanto después que una formación militar de la IV Brigada Aérea le rindiera honores propios de su investidura mientras una banda castrense desgranaba ritmos marciales.
Morales y Pérez compartieron unos instantes antes que los periodistas asignados a la cobertura de ambas citas presidenciales le solicitaran unas palabras.
"Olé, olé, Olé, ole´; Evo, Evo, Evoooo", entonaron los comunicadores, en su mayoría argentinos, al estilo de los cánticos futboleros, tradicionales en las canchas de Argentina, a lo que el jefe de Estado boliviano contestó con saludos de mano y se acercó al podio donde sostuvo que su país no reconocerá al gobierno ilegítimo de Federico Franco en Paraguay.
"La situación de Paraguay merece un debate profundo" en el seno del Mercosur y la Unasur, afirmó al tiempo de deplorar los intentos golpistas y conspiraciones para que la región cambie el rumbo democrático que emprendió hace más una década.
Las afirmaciones de Morales se registraron una semana después que el Congreso paraguayo separara del cargo a Lugo, en un juicio sumarísimo y sentara en su lugar al vicepresidente Franco.
Preguntado sobre la reciente crisis policial que adquirió ribetes de complot en Bolivia, Morales, que lució afable y exultante, consideró que "todavía intereses internos y externos" tratan de trisar las democracias latinoamericanas, en alusión al motín policial en Bolivia, la agitación paraguaya y, de refilón, al golpe militar que sacudió Honduras hace tres años.
Morales lamentó "la participación de Estados Unidos" y de su agencia para el desarrollo (Usaid, por sus siglas en inglés) que intentan hacer naufragar el estado de derecho vigente en la región.
El mandatario boliviano consideró, empero, que los movimientos sociales amurallan las democracias regionales.
"Y, por eso mi respeto, mi admiración a todas las fuerzas sociales de Bolivia, sólo las fuerzas sociales pueden derrotar cualquier intento de golpe de Estado", remarcó el mandatario indígena.
Luego de despedirse de los periodistas en medio de gritos de "¡grande ?Evo!", Morales se trasladó al exclusivo Hotel Intercontinental, en el centro de Mendoza, donde se hospeda la mayor parte de los jefes de Estado.
A la salida de la base militar aeronáutica, en una caravana de 20 vehículos y otro tanto de motocicletas de la Policía local, grupos de bolivianos y militantes de la Unión Peronista apostados en la avenida Costanera, le saludaron y hicieron flamear enormes whipalas.
De ese establecimiento partió poco después de las 20h00 locales hacia una tradicional bodega, Escorihuela, donde la presidenta anfitriona de ambas cumbres ofreció a sus invitados una cena.
La bodega, emplazada en el departamento Godoy Cruz, al sur de la ciudad de Mendoza, se ha convertido en una fortaleza custodiada por cientos de efectivos de la Policía Federal.
Escorihuela produce los más reputados vinos de exportación de Mendoza.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, y la viceministra de Comunicación, Claudia Espinoza, acompañan al mandatario que el viernes hablará ante el plenario del Mercosur, unión aduanera a la que Bolivia se ha asociado.
Con la crisis institucional en Paraguay desatada tras el derrocamiento por el Congreso de Lugo, como eje central, comenzó el jueves en la argentina Mendoza, la 43 Cumbre del Mercosur y la reunión extraordinaria de Unasur.
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